Muchas veces se dejaba zarandear por el viento, extendía sus brazos y se elevaba. No como un globo, ni tampoco le aparecían alas. Flotaba ingrávida y muy alto. Sus ojos adquirían una extraña propiedad que le permitía verlo todo desde allá arriba. Montañas y ciudades diminutas que le hacían pensar en que la tierra era un lugar sorprendente y sus habitantes, con sus cuitas, puntitos imperceptibles del universo. Era uno de sus mejores sueños.
Precioso sueño, Malén.
ResponderEliminarSi, cierto, pero parece inacabado. No obstante mi enhorabuena, Malén.
ResponderEliminar¿Quién no ha soñado alguna vez que vuela? Alguien me dijo que ese sueño estaba relacionado con el deseo sexual, no lo sé.
ResponderEliminarMuy bonito tu micro y la foto preciosa.
Pues a mí me encanta cuando sueño que vuelo. ¿?
EliminarSegún Freud sí que está relacionado con el deseo sexual. Actualmente ya no se tiene tan en cuenta las teorías de este señor y el psicoanálisis, como terapia, se está dejando de utilizar, sobre todo en España. Hay otras terapias más efectivas y, sobre todo más rápidas y más baratas. ¿Recordáis las pelis de Woody Allen, siempre enganchado al psicoanalista? Pues eso, te quedas enganchado y sigues estando igual de "rallao" y encima sin un duro en el bolsillo.
EliminarMuy bello Malén. Y una bonita foto
ResponderEliminarMe gusta mucho este relato. La sensación de ingravidez que nos hace sentir libre. Muy bien contado, un ritmo adecuado que nos lleva a la tranquilidad. Es una meditación por escrito. Pero, sí, pero sigo pensando como anoté ya en la pagina de facebock que el verbo zarandear en este caso está expresando algo que no es su significado, ya que zarandear es golpear de lado a lado con violencia. Dejarse zarandear por el viento no es dejarse llevar por el viento. Me gusta mucho el relato, Malén. beso, abrazos y un café. ciao
ResponderEliminarEs cierto lo que dices del verbo zarandear, lo del café, hecho.
Eliminary sus habitantes, con sus cuitas, puntitos imperceptibles del universo.
ResponderEliminarMe quedo con esta frase del sueño de tu protagonista, pero sobre todo me quedo con la reflexión: ¿Qué somos, al fin y al cabo, sino "puntitos imperceptibles" en la inmensidad del universo?
¡Qué buen vuelo, Malén!
Gracias, Geli.
ResponderEliminar"En algún apartado rincón del universo, desperdigado de innumerables y centelleantes sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales astutos inventaron el conocer. Fue el minuto más soberbio y más falaz de la Historia Universal, pero, a fin de cuentas, sólo un minuto..." De "Sobre verdad y mentira en sentido extramoral", de Nieztsche.
ResponderEliminarMe has recordado este texto. Muy bueno, Maga, conviene elevarse de vez en cuando para ver lo insignificantes que somos. Abrazos.
Gracias, Lu. Disfruta!!
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