lunes, 11 de junio de 2012
La Petro
- ...Y no lo digo más: ¡Ave María Purísima!
- Sin pecado concebida.
- ¡Don Eufrasio! ¡Hágame casio! Ya no sé ni lo que me digo, ¡me tiene jarta!
¡Sé que está ahí! Lo estoy viendo por la mirilla.
- (¡Señor, señor...!)
- ¡Si al menos pusiera ud. un reclinatorio como dios manda!
- (Como una tapia... y ciega, cegata como un topo.)
- Qué quiere que le diga, esto de "confesionario de verano" no lo entiendo. Mirusté.
- (¡Señor, llévame contigo!)
- Pues sabe lo que le digo... ¡Que me voy! Total, como hoy tampoco he pecado... Sólo venía a enseñarle mi nuevo esmarfon, tengo güasap con la Nico, ¿sabe?....
- (Señor, llévame contigo ¡YA!)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Muy divertido este confesionario de verano y sí, la pobre Petro tiene razón, la posturita no es muy digna ni cómoda!!
ResponderEliminarQué bueno!! Me has arrancao unas risas, mirusté!! :)
ResponderEliminarJajajaja,..."confesionario de verano",...jajajaja. Es una asociación de ideas genial.
ResponderEliminarEl monólogo a dos bandas es muy divertido.
¡Muy bueno y divertido, Miguel!
ResponderEliminarQué paciencia tiene don Eufrasio. Muy divertido. Por cierto, lo de ¡Hágame CASIO! es un lapsus tuyo al escribir o es intencionado?
ResponderEliminar"¡Hágame casio! Ya no sé ni lo que me digo"
ResponderEliminarEs intencionado. No así el nombre del cura que es pura casualidad ;-)
Jaja. (Señor, llévame contigo ¡YA!). Genial miguel
ResponderEliminarMuy divertido, Miguel. Aunque ese cura, Don Eufrasio no me parece muy ortodoxo.
ResponderEliminar