La hoja brillante del cuchillo le
devolvió un fragmento de su cara cansada. Tenía que ser ahora, o nunca
encontraría la fuerza necesaria. Se dirigió decidida a la habitación donde te hallabas y cortó todos aquellos tubos que te mantenían
presa a la máquina y no a la vida. Se sentó junto a tu lecho, te tomó de la
mano y se dispuso a esperar contigo que tu alma flotara hacia la soleada mañana:
"Volverás a mi huerto y a mi higuera,
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores..."
"Volverás a mi huerto y a mi higuera,
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores..."
Sin duda el cuchillo tiene alma como la vida que libera de las máquinas. Alma que no asciende a los otros mundos tan manidos sino que se esparce por la soleada mañana. Me gusta esta versión de la eutanasia, es muy poética e intensa. Felicidades. Un abrazo.
ResponderEliminarQué bonito!!!!
ResponderEliminarLos versos de Miguel Hernández me han venido a la cabeza mientras lo escribía, por supuesto cantados por Serrat.
ResponderEliminarEs precioso, Malén. Parecía algo de novela negra, pero le has dado un toque poético precioso a ese "asesinato".
Eliminar¡Me encanta, Malén y los versos de Miguel Hernández que ni pintados!
ResponderEliminarUn acto de amor y generosidad poco frecuente incluso en el pensamiento. Muy hermoso.
ResponderEliminarAnte tanto amor, el valor se abre camino para liberar de las cadenas del dolor al ser amado. Enhorabuena Malén
ResponderEliminarNi estoy a favor ni en contra de la Eutanasia, solo aprendí que las personas que más luchan por ella, son las más cercanas al paciente...o las que más ama. Muy bellas palabras.
ResponderEliminarTocas el tema eutanasia como "desde lejos", desde una perspectiva casi casual: el cuchillo devolvió la imagen de la cara cansada y esa imagen se convierte en el empuje de una decisión que tal vez, ya estaba tomada. Yo pienso que no hacía falta que se hubiera ido a por otro cuchillo más afilado, a veces introducimos en los micros cosas que no los hacen mejores sino más largos, pero es una apreciación personal, eh.
ResponderEliminarLos versos de Miguel Hernández rematan la historia de forma cntundente.
Me ha encantado Malén, felicidades.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarTengo en cuenta tu comentario, es verdad, es difícil saber quitar de un micro lo accesorio, pero pensé que ese cuchillo de la foto no pelaba una monda!! Gracias.
ResponderEliminarAbsolutamente de acuerdo con Yolanda. Creo que aunque se parta de una foto para inspirar un relato, no es necesario que cuadre a pies juntillas. Es más, si quitas ese párrafo, tu micro puede leerse con independencia de que incluyas o no la foto.
ResponderEliminarPor tanto, si prescindes de este párrafo:
"Lo devolvió al cajón donde reposaba el resto de la cubertería de plata y extrajo otro más afilado."
El micro tiene más fuerza, es más independiente, y gana en ritmo y contundencia.
Me ha gustado mucho, Malén.
Hecho!!, gracias.
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