Marta y él entran en la habitación 416, el pestillo bloquea la puerta.
Subo el volumen de la televisión. El cuadro que hay detrás de mí comienza a golpear la pared. Subo más el volumen. La TV vibra con la misma cadencia incómoda, luego el cuadro y el florero.
Salgo al pasillo. Oigo algo parecido a un gemido, un sonido casi animal.
Pulso el botón y se ilumina una flecha que indica hacia arriba. Marta dice «¿ya?» y la puerta del ascensor se cierra.
Pernando Gaztelu