A
raíz de los comentarios que se han sucedido a cuenta de mis correcciones en VE,
he estado pensando y profundizando en este asunto. He llegado a la conclusión
de que estaba equivocada. Os contaré el porqué:
Hace
tres años, cuando empecé a tomarme un poco más en serio la escritura, busqué un
taller donde aprender a mejorar. Me daba cuenta de que disfrutaría mucho más de
mis escritos si aprendía a escribir mejor. Buscaba, básicamente, algún lugar en
el que poder consultar qué podría añadir o quitar en cada uno de mis relatos,
cómo hacer que sonaran mejor, qué variar para que transmitieran, de manera más
acertada, lo que pretendía decir con cada uno de ellos.
Después
de algunas búsquedas infructuosas, tuve la suerte de tropezar con Taller de
cuentos (http://tallerdecuentos.mforos.com/).
Allí nos dedicábamos a destriparnos los textos los unos a los otros. La técnica
de trabajo era esa. Realmente, el proceso de escribir un relato no acababa
cuando colgabas el texto para que todos lo vieran. Ese era solo el comienzo. A
partir de ahí, llegaban los comentarios, las sugerencias, las críticas, las
propuestas para darle este o aquel sentido, la limpieza de lo que era supérfluo,
el pulido, las revisiones, las nuevas
versiones que surgían de un mismo texto en cada una de esas etapas. El texto
original, a veces, no era muy reconocible, pero os aseguro que el resultado
final era infinitamente mejor.
Yo
disfrutaba de ese proceso de creación. Aprendí muchísimo. Me enseñaron a
fijarme en detalles que yo misma nunca me había parado a pensar. Cuando el
taller se murió, busqué desesperadamente algo que pudiera substituirlo; fue
entonces cuando llegué a VE y me obcequé con la idea de que podría ser igual.
Claramente, me equivoqué. VE nunca ha sido, no es y NUNCA será, una aventura
parecida a la que viví en el taller. A diferencia de VE, éste tenía muy bien
definido que era un lugar para aprender a escribir mejor.
Los
que me conocéis un poco sabéis que soy una persona respetuosa y educada con los
demás. Cuando he hecho mis correcciones, casi siempre he procurado indicar que, como autores, erais
libres de tomarlas o no en consideración; sin embargo, se me ha acusado hasta
de “retocar” los textos.
Es
evidente que me he equivocado, que estoy haciendo lo que considero correcto
pero no en el sitio adecuado.
A
mí me gusta aprender. Es lo que me mueve. La escritura desde hace tres años, se
ha convertido en mi tabla de salvación personal. Me ayuda a ahuyentar a mis
propios fantasmas. Me gusta demasiado para que esta faceta de mi vida, que
estoy descubriendo desde hace tan poco, quede emborronada porque las personas
que me rodean, no entiendan el fin último (y primero) por el que hago las
cosas.
Vosotros
estáis en vuestro derecho de protestar, de quejaros cuando se os corrige. En
realidad, nunca lo pedisteis. Por eso afirmo que soy yo la equivocada al haber considerado
a VE como una prolongación del Taller. A mí no me ofende que se opine sobre mi
estilo o mis relatos; sin embargo, no estoy dispuesta a tolerar que un
compañero deje de comentar el texto en sí y pase a descalificarme como persona,
máxime si no me conoce.
No
le voy a dar más oportunidades a la sinrazón. Mi decisión está tomada.
Siempre
os estaré agradecida por haberme brindado la oportunidad de formar parte de la
tripulación de este barco, pero para mí ha llegado el momento de despedirme de
todos vosotros.
Un
abrazo muy fuerte y ¡FELICES FIESTAS!.