domingo, 16 de diciembre de 2012

Contradicciones sobre la barra de un bar



Me dio  a entender que le gustaba la ropa sexy y acudí a la cita con un ceñido y sugerente vestido que no me dejaba ni  respirar. Conseguí llegar, a duras penas, haciendo equilibrios sobre unos tacones de aguja que me costaron un pastón.  Odiaba el güisqui y  para ponerme a tono con él,  pedí una copa de cabernet. ¡Dios sabe que hice lo imposible para que se lanzara sobre mí y me besara con pasión! Pedí otra copa y luego otra más. Quedía ahoda lanzadme yo...¡hip!.. y bezad ezoz labioz... ¡hip!...con doca pazión, pedo zacó el bodígrafo y ze puzo... el mu cabdón a dellenad la quiniela... ¡hip!

9 comentarios:

  1. jajajajja, Amparo, lo mejor lo de la quiniela, jajajajjaja

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  2. Muy bueno. Es que la quiniela es sagrada.

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  3. Muy potente el final. ¿Cómo es posible que existan hombres así?

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  4. Gracias...a tod@s y que nadie nos oiga....pues existen....

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  5. Amparo, hay que ver, ¿conqué hombres quedas? jajajaja
    Es broma. Humor y gracia para encarar un cuadro que a mí me sigue resultando difícil. No se me ocurre qué escribir a a partir de él.

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  6. Pues sí, este señor es para mandarlo a la m… no sin antes darle un buen zapatazo con tacón de aguja… Muy divertido el micro. Un beso.

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