Os voy a presentar a mi mascota, es un dragón
de Komodo. Me lo trajo mi padre de Indonesia cuando era un bebé y yo también
era una bebé, así que hemos crecido juntos. Me contó que por allí le llaman
también “monstruo” y “varano” y que es un saurópsido, se hace enorme en la edad
adulta, hasta tres metros. Pueden ser peligrosos y dicen que tienen unas
glándulas con veneno pero a mí nunca me ha mordido, es mi mejor amigo y nunca
le falta comida así que no se enfurece sino que da las gracias por estar tan bien
alimentado. Yo le llamo Drac. Es precioso con su piel iridiscente y cambiante. Duerme
en una casita que le hemos construido entre los árboles y yo, a veces, me echo
una siestecita con él y tan a gusto. Me ha dicho mi padre que cuando sea mayor
pondrá huevos y tendremos crías. Yo les dije a los niños de la casa de al lado
si querían una pero no sé por qué ya no vienen nunca por aquí. Deben de estar
enfadados, seguramente tienen envidia de mi Drac. No hay quién entienda a los
humanos.
ja!!, Muy bueno prima e ilustrativo...ya sabemos más sobre el dragón de Komodo. De acuerdo con la frase final...
ResponderEliminarUn poco peligrosa la mascota!!! Yo sería de los que tienen envidia... Un beso.
ResponderEliminarMuy cómodo debe estar ese animalito de especie impronunciable!!
ResponderEliminarJejejeje, muy bueno, Lu.
ResponderEliminarLa verdad es que yo también me pensaría lo de presentarme en esa casa, sobre todo cuando el dragoncito haya crecido...no veas cómo las gastan cuando tinen hambre, jejejeje.
Tú tranquilo, Manuel, que me han dicho que solo se comen a los malos.
Eliminar¡Qué niña más lista! La de cosas que se pueden aprender con ella. Me gusta especialmente esa narración en primera persona.
ResponderEliminarUn abrazo y un beso.