El maldito ruido del ordenador sonando y yo,
una puta máquina de decir cosas sin sentido, comienzo a recordar la tragedia
que me trajo hasta aquí.
Las teclas, horriblemente sonoras, me
despiertan de una borrachera insensible. El furor de Sun Tzu en mis oídos y las latas de cerveza y las conspiraciones y
¿cuándo pensaste por primera vez que, y por qué estamos hablando bajito? El
aire se enrarece y una noche que comienza con un ¡Agur, gero arte![i]
Un plan que comienza con un podemos hacer esto y un mirá que aquello y el
tiempo cambia a las personas no aguanto las estupideces de antes, podemos
cambiar el presente y la situación del barrio, del mundo, que se vuelve tensa,
los uniformados, las elecciones, quilombo[ii]
en las calles, en la unión. Todo el mundo corre y la gente sigue encerrada en
sus casas, con miedo. Con odio y con miedo, y el poder se vuelve avaro, más que
nunca…
Nos juntamos en la plaza, las birras pasan, los porros aclaran la
mente de los muchachos, somos dos pero así hay miles.