jueves, 3 de diciembre de 2015
El sobre
Hasta los 32 años viví con mi madre en un amplio piso de la Gran Vía. Ella era hija única, descendiente de familias de terratenientes de La Mancha. Periódicamente recibía sus buenos dineros que los arrendatarios de las fincas le enviaban. De vez en cuando visitábamos estas tierras de viñedos y cereal, que nos han permitido llevar una vida muy cómoda en lo económico.
No he conocido a mi padre. Cuando hace muchos años me interesaba por esta cuestión, mi madre me contestaba siempre con evasivas. Solamente un día, tras la enésima copita de anís después de una comida familiar (ella y yo, solos, invariablemente) me contó una borrosa historia de un acorazado norteamericano que estuvo unos días atracado en el puerto de Valencia.
Toda la vida la he conocido sacando a hurtadillas un sobre del segundo cajón de la cómoda de su dormitorio. Con los ojos cerrados, lo olía y se lo llevaba a boca, besándolo.
En los días finales de la enfermedad que la tuvo en cama varios meses, me señaló la cómoda y me hizo prometer que, solo una vez hubiera muerto, podía abrir el sobre.
Al día siguiente de su entierro, lo saqué del cajón. En el remite, unas iniciales, J.K. y en el lugar del destinatario, su nombre sin ninguna dirección. Con mucho cuidado, con un abrecartas procedí a su apertura. Sobraron las precauciones, porque al abrirlo, el sobre estaba vacío.
lunes, 30 de noviembre de 2015
REVISTA DE DICIEMBRE-2015
La revista de Diciembre ya está disponible. Disfrutadla y difundidla.
Para leer en formato revista: http://www.yumpu.com/es/document/view/54807799/ve-19-diciembre
Para leer/descargar (pdf): http://www.mediafire.com/view/v8i4f3lw7kqddif/VE-19_DICIEMBRE.pdf
sábado, 7 de noviembre de 2015
La cena.
Percebes, cigalas y gambas. Un besugo y un capón. Herminia
piensa que hay demasiada comida. La cena es sólo para ella y don
Anselmo, el nuevo párroco que ha llegado procedente de las oficinas del palacio del Arzobispo.
Se dirige a la iglesia, a misa de 12. En la escalera, una mujer joven con su
niña en brazos pide limosna. Una idea le pasa por la cabeza.. En la sacristía, don Anselmo comprueba las existencias del vino y de las obleas, que pronto se convertirán en la sangre y el cuerpo de Cristo. Cuando Herminia le dice que serán dos invitadas más a cenar, una sombra de
duda se refleja en el rostro del sacerdote.
-Pero, son trigo limpio?
viernes, 30 de octubre de 2015
El día de los muertos
El tipo que vestía disfraz de esqueleto tenía apoyada en mi
sien una pistola. Su compinche, camuflado de momia, vigilaba a los clientes. Justo
cuando les entregaba el saco lleno de dinero, irrumpieron en la oficina un
zombi, el monstruo de Frankenstein y la niña del exorcista. Al parecer eran
exmiembros de la misma banda, que venían a reclamar in situ su parte del botín.
Haciendo sonar sus sirenas, llegaron también varias unidades de policía. Jamás
viví un Halloween más sangriento.
jueves, 15 de octubre de 2015
La gatera
Intentas salir de un cuarto oscuro por la única abertura
posible, ¿la única? Una gatera en la puerta, pero, ¿quién la ha puesto ahí?
Por eso dudas ya con medio cuerpo fuera, con tus zapatillas
de baile buscando la música, pero sigues
dudando en esa oscuridad apenas iluminada por la luz de la gatera, mientras
escuchas la música que tus zapatillas quieren bailar.
Y por fin te decides, contorsionas tu cuerpo, gateas, te
raspas la piel con la moqueta.
¡Dios!
¡Moqueta!
¡Noooooo!
Tus zapatillas de baile se detienen asustadas, la música
anima tu cuerpo pero tus pies no se mueven, los frena la moqueta.
Te mueves, buscas otra salida,
la música te gusta, quieres bailar.
Sigue buscando, no te detengas,
si no la encuentras llámame, arrancaremos la moqueta y bailaremos los bailes
que no aprendimos en ninguna escuela, pero que llevamos dentro y quieren volar
en libertad.
Julio Mate Ros
domingo, 4 de octubre de 2015
Oportunidades
Sentados a la mesa de la cocina, el hombre pregunta y la mujer responde:
- Quiénes somos?
- No somos nadie.
- De dónde venimos?
- Del polvo venimos y en polvo nos convertiremos.
- Y adónde vamos?
- Vamos... vamos al banco a comprar acciones y aprovechar la tendencia alcista de los mercados emergentes.
Salen pitando.
Dentro de la jaula el hámster devora los restos del desayuno y se sube a la noria, satisfecho del mundo que le ha tocado vivir.
lunes, 21 de septiembre de 2015
EN EL DÍA DEL ALZHEIMER. MERCEDES
Se aproxima el verano. He decidido arreglar armarios,
sacar ropa ligera y organizar un poco la casa. La habitación que fue de
Mercedes lleva cerrada mucho tiempo y con demasiados recuerdos; posiblemente
ambas cosas han hecho que me demorara
tanto en abrirla, en aireara de nuevo. No puedo evitar sentir un
estremecimiento cuando levanto la persiana y un potente rayo de sol penetra por
la ventana iluminándola y me deja sin visión unos segundos. La luz es muy
potente en estas mañanas de primavera y ha inundado todo el espacio.
Me quedo unos instantes contemplándolo. Está pintado de
un tono pastel y en las paredes cuelgan unas cerámicas antiguas. Son azulejos
con pequeñas flores en tonos azules a juego con la colcha que, sobre la cama,
acoge además unos almohadones regalo de uno de mis viajes a mi hermana. No quiero
entristecerme al recordarla, así que sigo con lo previsto. El armario, casi
vacío, me permite colocar prendas que ya
no tendré que ponerme en esta época. Voy colgando chaquetas, algún abrigo y los
sueters de lana doblados dentro de una caja en el estante. También botas y
zapatos que considero pueden aprovecharse el invierno próximo. Me concentro en
estos temas. No quiero pensar.
El escritorio, una mesa rectangular de madera bajo la
ventana. Sobre él, algunas fotografías en portarretratos de mis padres ya
fallecidos. De mis hijas y sus pequeños. Sonrío al mirarlos y arreglo unos
papeles que se encuentran en uno de los cajones, un tanto dejados al azar. Son
folios blancos; algunos escritos con notas que decido romper, pues están ya
desfasados. No obstante, los examino uno a uno por si hubiera algo que me
pudiera interesar o necesitara guardar. Y
allí encuentro el dibujo. Un dibujo en el que se adivina el mar por la línea horizontal
que atraviesa la hoja de parte a parte y
sobre la que se encuentra un barco con varios mástiles que se alzan verticales
sobre la embarcación. Está trazado con lápiz y no tiene demasiados detalles,
pero sí unos rasgos seguros, sin titubeos, sabiendo lo que se quieren representar.
Me siento en la silla que, delante de la mesa escritorio,
ha servido para que varias generaciones estudiasen, leyeran o dibujaran. En mi
familia nos ha gustado mucho el arte y hemos practicado, con mejor o peor acierto
varias disciplinas relacionadas con la creación artística. También a Mercedes
le gustaba pintar y modelar, sobre todo cerámicas, y era habilidosa y ordenada.
Ella no se casó. Creo que por no perder su autonomía. Era
rebelde y con un carácter difícil. Siempre quería imponer su punto de vista y
tener la última palabra. Le obsesionaba la libertad; el coche era su mejor
aliado. La llevaba y la traía sin tener que dar explicaciones a nadie.
Totalmente independiente era su consigna. Lo ponía en sus numerosos escritos
colocados en sitios visibles de la casa. No sé si los copiaba o eran originales
suyos, pero en todos repetía la misma idea: su libertad, lo más
importante.
Me llevaba muchos años, por eso, en nuestras frecuentes discusiones,
su autoridad de hermana mayor se hacía notar y naturalmente yo siempre llevaba
las de perder. Nunca debió pensar que tendría que depender de mí en la etapa
última de su vida. Ni ella ni nadie de la familia ni de sus amistades. Ni de
los que conocían su manera de ser, de vivir.
Comenzó con alucinaciones que en un principio no
entendíamos e incluso nos parecían bromas suyas. Siguió con olvidos
importantes, confundía el valor del dinero y empezó a dar señales de apatía -ella
siempre tan activa- dormitando delante del televisor... eso empezó a
preocuparnos.
La llevé en varias ocasiones al Centro de Salud pues
olvidaba tomarse medicinas prescritas para
los problemas propios de la edad: osteoporosis, hipertensión... y eso
aceleraba su deterioro. Además la
oscuridad de su mente se iba haciendo más patente a medida que pasaban las
semanas, los meses.
Mercedes no reconocía sus lagunas y seguía insistiendo en
estar sola en su pequeño apartamento
donde vivió varios años en este rincón de la costa mediterránea donde las dos hemos
pasado épocas muy felices. Nuestras viviendas, muy próximas, con ventanales
orientados hacia el horizonte azul, hacia el mar, producen una sensación de
bienestar, de paz, difícil de describir. Por eso yo entendía la negación a
querer salir de su casa, de su mundo tan exclusivo y tan suyo.
Pero la evidencia se hizo patente. Tras varios
reconocimientos fue claro el diagnóstico: trastorno cognitivo por demencia en
la enfermedad de Alzheimer de etiología degenerativa. Alto grado de discapacidad y un total grado de dependencia
tanto física como psíquica.
Se me cayó el alma.
Los dos años siguientes a la calificación de la
enfermedad, fueron muy duros para mí y
supongo que también para ella. No podíamos saber el estado de su mente, el
punto exacto de su consciencia, pues en su fase última cuando ya no pudo estar
en mi casa y tuvimos que ingresarla en una Residencia por recomendación del
médico, se negó a hablar, se negó a comer. Su mirada se tornó huidiza. Rara vez
asentía o sonreía a lo que le decíamos
en las visitas que, tanto sus amigas como yo, le hacíamos. Parecía estar en un
pozo.
Un día le dimos un lápiz y un folio y le pedimos que nos
hiciera un dibujo. Recuerdo que se quedó mirando el papel largo rato hasta que decidió trazar sobre la
hoja una línea: el horizonte. Sobre éste, el pequeño barco y todo con total
dominio, sin temblarle la mano, sin romper la dirección del trazo.
Nos quedamos asombradas por lo que supo expresar. El mar
que veía desde su ventana, estaba en su mente, en su memoria. El paisaje tantas
veces contemplado seguía allí con ella y en su rostro se dibujó la luz. Fueron
instantes de felicidad, instantes tan sólo, pero eran sus vivencias, sus
recuerdos. Supo además utilizar un lenguaje, el del dibujo - tantas veces
manejado por ella. Y pudo hacerlo como afirmación de los posos que quedan en el
cerebro humano de los hábitos aprendidos y gozados
El papel que conservo da testimonio de Mercedes que ya no
está, pero su presencia sigue allí delante de este mar donde forjó su
identidad, su forma de ser. Ha recuperado ya la libertad plena. Su luz sigue
estando en los trazos del dibujo, en el recuerdo de los que la quisimos y en
este rayo de sol que inunda toda la habitación con un hálito de vida que va más
allá de la propia memoria.
Salgo cerrando despacio, como no queriendo alterar la
magia de la luminosidad. Los sentimientos se han desbordado gracias a ese
pequeño papel, a esas líneas, a ese recuerdo. Y le doy las gracias a Mercedes,
por compartirlo conmigo.
viernes, 18 de septiembre de 2015
VIDA
Desayuno en la cocina.
Almuerzo en el comedor.
TV en el salón.
Lectura en la biblioteca.
BLOOM !
Es intensa, pero corta, la vida, cucaracha.
sábado, 12 de septiembre de 2015
Mensajes galácticos
Estratégicamente camuflado, el Teniente Sturg de la Milicia
Exterior del Planeta Xnoq tenía como objetivo la transmisión de datos referidos
a los usos y costumbres de los seres vivos de ese planeta azul
encontrado a 50.000 millones de años luz. En el Estado Mayor de su ejército
recibieron sus informes y conocieron de la nobleza de los Perros, de la
inteligencia de los Gatos, del trabajo de las Hormigas y de la organización de
las Abejas. Pero no supieron entender la utilidad de esos animales que se
llamaban Humanos y decían ser la Cima de la Creación.
martes, 8 de septiembre de 2015
El tiempo y la vida
Por fin llegó el momento de
presentaros nuestro próximo proyecto. Queremos hacer un libro que trate sobre
las edades de la vida. Los capítulos serán seis: Infancia, Adolescencia,
Juventud, Madurez, Sexalescencia y Vejez. Vamos a hacer una convocatoria por mes
con el objetivo de terminarlo en febrero y así intentar tenerlo en las manos
para la Feria del Libro.
Los relatos deberán tener una
extensión entre 250 y 750 palabras Se enviaran en un correo electrónico, en un
archivo de Word, en letra Times New Roman, tamaño 12, y a doble espacio. No hay
que poner ningún dato personal en el archivo, sí en el correo: nombre, lugar de
residencia y teléfono de contacto. La dirección a la que hay que enviarlos
es valenciaescribe@hotmail.com
Un jurado que no tendrá acceso a
la identidad de los autores hará la selección de los mejores que serán los que
formarán el libro. Cada autor puede enviar como máximo DOS RELATOS POR
CAPÍTULO.
También debatimos sobre admitir o
no poemas en él. La conclusión es que será un libro de relatos pero no os
desaniméis, poetas, la prosa poética será bien recibida, solo tenéis que contar
una historia con ella. Hemos pensado en la posibilidad de iniciar una
convocatoria para un libro de poemas cuando acabemos con este.
Así pues vamos a capítulo por
mes. Desde este momento y hasta el día 30 de septiembre podéis enviar relatos
para el capítulo de “Infancia”.
Eso es todo. Qué la inspiración
os encuentre escribiendo y ¡¡¡mucha suerte!!!
martes, 1 de septiembre de 2015
REVISTA DIGITAL VALENCIA ESCRIBE - Nº 16, SEPTIEMBRE 2015
La espectacular ilustración de nuestro amigo Adrián García preside este nuevo número de la revista literaria VALENCIA ESCRIBE. Prometemos devolver el dinero a quien no le satisfaga su contenido.
PARA LEER:
PARA
LEER / DESCARGAR (pdf)
Disfrutadla y difundidla.
miércoles, 19 de agosto de 2015
LA HORNACINA Y EL LIBRO
La aldea fue un pueblo en su día, y de cierta entidad porque
el casco urbano no es pequeño. Ahora quedarán diez o quince vecinos, viejos
reviejos que esperan el fin sentados en sillas de anea mientras airean una y
otra vez los mismos recuerdos. Aquí no hay alcalde y depende,
administrativamente, de otro pueblo. La dejadez se nota por todas partes: casas
ruinosas, tejados caídos, huertos enmarañados, los huecos oscuros de puertas y
ventanas que hace tiempo se pudrieron. La iglesia está cerrada a cal y canto.
Hace años que no baja ningún padre a dar misa, me han dicho. En el huerto
trasero hay un viejo cementerio: árboles añosos, hiedras, una alfombra de hojas
muertas. Las tumbas están señaladas por herrumbrosas cruces de hierro o desmoronadas
lápidas de piedra y, aún así, algunos ramos de flores, algunas cintas, desafían
al olvido. Al fondo, en el rincón más umbrío, hay una lápida con una hornacina
de cristal que guarda un libro. Un libro viejo, con la portada gastada por el
sol y las inclemencias. No puedo evitar la tentación de abrirla, el candado
roñoso no es obstáculo, y sacar el libro. Las páginas, húmedas y amarillentas,
se desprenden al pasarlas. La impresión es muy antigua. Busco el título: Vida y
costumbres en Argentina, por un tal Ernesto Portales. La fecha de edición es
ilegible; sin embargo, más arriba puede leerse una dedicatoria: Con cariño te
recuerda esta Navidad: Juan José. Diciembre de 1904.
Julio Alejandre
http://julioalejandre.com
lunes, 17 de agosto de 2015
Todo recto; no tiene pérdida
Señora. (De clase media) – ¿Se entra por aquí en El Cine de los Sueños?
Encargado. (Galante y servicial) – Por aquí se entra, señora. Todo recto; no tiene pérdida.
Autor. (Al lector) – Las gentes pronto creen que vuelan, al atravesar las puertas afelpadas e introducirse en la oscura y fresca sala. Súbitamente sienten el viento azotando sus rostros, agitando locamente sus vestidos. Llegado el punto se hacen uno y comparten la velocidad y el excitante vértigo hasta que todos lloran de la alegría.
Las gentes sueñan con que vuelan y lo siguen creyendo cuando dan con sus huesos en el fondo del abismo.
Santiago H. Gea
sábado, 15 de agosto de 2015
EL BAÑADOR
Llevo años viéndola
hacer lo mismo por la mañana en la playa del Arenal, Siempre el mismo ritual, la
misma imagen, la misma apariencia. Un blusón ancho con estampado de flores y su
pelo recogido en un moño en la parte superior de la cabeza. El cabello, canoso,
con mechas cayéndole sobre la espalda y
en la mano una botella amarilla, de las de lejía, con agua, se supone, no del mar.
El agua, traída desde
su casa - también se supone - es la que echa al bañador después de bañarse y quitarse
éste desde dentro del blusón que se coloca dejando antes que resbale el agua
salada por su cuerpo. Lo enjuaga, - el bañador - lo escurre y con el envase
vacío en una mano y el traje de baño en la otra, se dirige a la salida de la
playa. Hacia la calle que conduce a varios bloques de apartamentos.
Pero hace un par de
días, la vi llegar, temprano como siempre, sin su botella amarilla. Era, supuse
yo, que no se quitaría el bañador mojado o que ya no le atraía meterse en el
mar y solo llegaba para caminar como hacen muchas mujeres ya entradas en años,
por la orilla sobre la arena húmeda.
Pero no, observé qué,
como siempre, caminaba hacia el horizonte azul, con cara de felicidad y dejando
que la superficie del agua fuera subiendo lentamente por su cuerpo, hasta
llegar casi al cuello. Ya en este límite obligado por su pequeña altura, se
dejó mecer por las olas que lentamente ondeaban en la superficie.
Cada vez más intrigada, la seguí en sus movimientos.
Al salir del agua y dejar que la brisa la secara un poco, recogió su bata
floreada echada sobre la arena, se la puso en un gesto rápido, cotidiano, y dejó deslizar el bañador hasta el suelo. Lo
cogió con la arena adherida. Resuelta, fue hacia los lavapiés instalados en el
límite de la arena con el paseo, accionó la manivela, puso la prenda bajo en
grifo, la enjuagó, la escurrió y salió hacia su casa con el moñete en su cabeza
y las flores sobre su cuerpo fresquito
Pedro y Mari Luz
Cuando Pedro llegó a la residencia y la vio sentada en la silla de
ruedas tan guapa, tan arreglada y tan elegante, pensó que a lo mejor no era tan
malo que sus hijos lo dejaran allí. Además, era solo por una temporada corta
–le dijeron- después del verano volverían a por él.
A través de otro residente, se enteró de que la dama se llamaba Mari Luz y que
había sido actriz, pero que ni hablaba ni se enteraba de nada. Una pena —decían— con lo hermosa que había sido.
La primera vez que decidió acercarse a ella, le llevó una flor. Aunque estaba prohibido cortarlas, decidió que merecía la pena arriesgarse por una mujer como
ella. Cierto es que no la tomó entre sus manos ni aspiró su aroma, tan siquiera le dirigió una mirada de
agradecimiento; pero él se la prendió en el pelo, justo encima del oído izquierdo. Desde ese día, Mari Luz lució siempre una flor y nadie cuestionó la legalidad de su procedencia.
Las flores empezaron a escasear con la llegada del otoño, pero él siempre encontraba alguna, por humilde que fuera, para obsequiar diariamente a su amada. Parecían orquídeas si era ella quien las llevaba.
Tras la ofrenda floral, Pedro empujaba la silla de ruedas mientras le narraba, día tras día, un capítulo de su vida. Unas veces eran historias tristes, otras anécdotas muy divertidas. Llegaba incluso a pensar si algunas eran reales o las acababa de imaginar.
Tras la ofrenda floral, Pedro empujaba la silla de ruedas mientras le narraba, día tras día, un capítulo de su vida. Unas veces eran historias tristes, otras anécdotas muy divertidas. Llegaba incluso a pensar si algunas eran reales o las acababa de imaginar.
Un día, al fin, recibió la visita de sus hijos. Tras comprobar estos que el aspecto de su padre y su salud eran inmejorables, decidieron prolongar su estancia. Recibió la noticia con tal
indiferencia que él mismo se sorprendió. Seguidamente dijo adiós y corrió hacia donde estaba Mari Luz
para contarle la noticia. Se sentía contento, muy contento, además, ese día había encontrado una rosa otoñal de
aromático perfume que sujetó en su pelo mientras, con atropello, liberaba una
cascada de palabras acerca de lo felices que iban a ser y de lo mucho que la quería. Se llevó a los labios las manos de ella que siempre reposaban en su regazo y las besó con ternura.
Acarició luego su rostro, recorrió los surcos de la piel y se miraron. Entonces recogió una lágrima
que resbalaba lentamente.
lunes, 10 de agosto de 2015
Sonríe con ternura
Las tardes de domingo salen a dar una vuelta por el parque.
Ella, orgullosa, lo presenta a sus amigas:
-Ernesto, mi novio.
Del brazo de su abuela, Ernesto sonríe con ternura... y siguen paseando.
sábado, 1 de agosto de 2015
RECUERDOS INFANTILES
—¡Mamá, mamá, tengo miedo!
Él, agarrado a las piernas de su madre, percibió el olor del odio. Pateaban las sillas, las puertas, los objetos, las paredes, perros rabiosos con espuma en la boca. Y él, tan niño, lloraba aterrorizado.
—¿Dónde se ha escondido ese rojo de mierda?
Furiosos y armados, violentos y sádicos, pistoleros con el alma negra. Destrozaron el armario a golpes y allí, acurrucado, estaba el terrible anarquista al que buscaban, el padre del niño asustado. Se lo llevaron a puntapiés, a culatazo limpio. Y también al abuelo del niño, "otro rojo".
—Y tú, zorra, te vienes con nosotros.
—¡Mamá, mamá, mamá!
Su abuela le cogió en brazos, con lágrimas que presagiaban la desdicha brotando de sus ojos. Nunca dejó de llorar su abuela desde aquella noche.
Su madre volvió tres días después, rapada la cabeza, con ojeras, llena de moratones, humillada.
Su madre volvió tres días después, rapada la cabeza, con ojeras, llena de moratones, humillada.
Él, el niño moreno con el pelo rizado que tenía miedo y no entendía nada, nunca volvió a ver a su padre ni a su abuelo.
Todos los años en la misma fecha, ese fatídico 31 de julio, su madre le cogía de la mano y le llevaba a una cuneta en la carretera que sale del pueblo y llega hasta el cementerio. Allí depositaban sus flores en la tumba sin tumba.
Allí las siguió dejando cuando las arrugas inundaron su cara y su pelo se volvió gris ceniza.
Flores para su padre y su abuelo, víctimas sin sepultura, doblemente muertos.
Él los guardó en su memoria. Eso nunca pudieron arrebatárselo
domingo, 19 de julio de 2015
CALENDARIO DEL AMOR
“Y en primavera lancé mis dados. Salieron seises y
nos besamos”, recuerdo. Fue una gran primavera. Nuestro amor floreció y la
pasión se convirtió en nuestro hábitat. Durante el verano empezamos a
aburrirnos con la rutina playera. El gris otoño mató nuestros sueños y nos
volvió tristes. Maldigo el invierno en el que ella apareció y se llevó tu vida.
La primavera nunca volvió.
Eros y Psique, Antonio Canova |
miércoles, 15 de julio de 2015
Incontinencia
Venga, entra, pero procura ser más comedido, que no te pase como la última vez.
Tuviste suerte de que el pobre Noé se creyera la historieta del Diluvio !
miércoles, 8 de julio de 2015
Seis toros y seis cabestros
Hoy
toca
noche
de luces
y
mañana de toros.
Tarde
de rojo y blanco,
turistas
y amigos, locura,
niños y
procesiones.
Seis
toros corren,
seis
cabestros
suenan.
Son ocho
días
de intensos
ocasos
y amaneceres por sorpresa.
De
estragos, festejos y un vaivén
de voluble
demencia ebria de alegría.
Pintados
de rojo y blanco se ven
Iruña y
más los Pamplonicas.
Seis
toros corren y seis
cabestros
brillan.
martes, 7 de julio de 2015
PENTIMENTO
Son casi las dos de la
madrugada, el dolor de cabeza empieza a ser algo realmente molesto. ¿Por qué no
lo tomé con más tiempo? Tengo que entregar en dos días los cinco pliegues de
sonetos que me pidió el Marqués y aun me faltan la mitad.
Demasiado ocupado con
Lisi como para centrarme antes en esto... No tengo remedio, siempre disperso,
siempre pensando en otras cosas. Mil y un sonetos le he escrito a esa belleza
que me tiene embelesado, más no consigo dar con otro tema que el amor y mi amada.
Al marqués le va a parecer esto una basura monotemática.
Céntrate Francisco,
tienes que escribir sonetos. Usa temas mitológicos, eso siempre agrada a esta
nobleza rancia. Vamos a ver... Venus y Eros. No, otra vez el maldito amor. Hera
y su paciencia con Zeus... tampoco, me van a tachar de moralista. ¿Y si escribo
algo sobre la realeza? La reina coja y su amante el esclavo indio... no, me
apresarían por traición a la corona.
¡Es imposible! Odio al
Marqués y sus encargos...
Vale, vamos a tomar
aire... Levántate de esta silla incómoda y sal al jardín, date una vuelta y
toma aire fresco. El frescor de la madrugada te sentará bien.
[Unos minutos después...]
Este frescor y el aroma
de azahar propio de la estación en que estamos siempre consiguen sosegarme y reconfortarme.
¡Qué maravilla! Venga, a escribir sonetos.
¡Pum-paam-puuuum!
¡Dios!
¿Quién ha movido la
mesita de madera? ¡Qué daño! Tropiezo de lleno, me acabo de desgraciar un pie y
encima he tirado todos estos papeles al suelo... a ver qué son. Cartas a Lisi,
sonetos sin inspiración, más cartas a Lisi... ¿Y esto? Este soneto no es mío...
Desmayarse,
atreverse, estar furioso,
áspero, tierno,
liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera
del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al
claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un
cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
Esto
es del pusilánime de Lope... ¡Qué criatura! Tan enamoradizo y sensiblero.
¿Desmayarse? ¿Atreverse? ¿Olvidar el provecho? ¿Amar el daño? A este hombre le
faltan entendederas... un destierro no le vendría mal. Sin embargo, tiene un
éxito feroz, sobre todo entre mujeres...
No
lo soporto.
Voy
a hacer mi versión, hombre. ¡Va a enterarse este monigote de lo que vale
Francisco!
[Unas
horas de intenso trabajo después...]
Las
seis de la mañana. Por fin acabé mi encargo para el Marqués, me ha salido
redondo. El enojo con el "Fénix" me ha dado el empuje que necesitaba.
Y lo mejor es que he hecho un soneto que supera en mucho su definición de amor.
Aunque ese me lo guardo en mi colección privada, el necio del Marqués no sabría
apreciarlo...
Definición de
amor
¿Rogarla?
¿Desdeñarme? ¿Amarla?
¿Seguirla? ¿Defenderse? ¿Asirla? ¿Airarse?
¿Querer y no querer? ¿Dejar tocarse
y a persuasiones mil mostrarse firme?
¿Tenerla bien? ¿Probar a desasirse?
¿Luchar entre sus brazos y enojarse?
¿Besarla a su pesar y ella agraviarse?
¿Probar, y no poder, a despedirme?
¿Decirme agravios? ¿Reprenderme el gusto?
¿Y en fin, a beaterías de mi prisa,
dejar el ceño? ¿No mostrar disgusto?
¿Consentir que la aparte la camisa?
¿Hallarlo limpio y encajarlo justo?
Esto es amor y lo demás es risa.
¿Seguirla? ¿Defenderse? ¿Asirla? ¿Airarse?
¿Querer y no querer? ¿Dejar tocarse
y a persuasiones mil mostrarse firme?
¿Tenerla bien? ¿Probar a desasirse?
¿Luchar entre sus brazos y enojarse?
¿Besarla a su pesar y ella agraviarse?
¿Probar, y no poder, a despedirme?
¿Decirme agravios? ¿Reprenderme el gusto?
¿Y en fin, a beaterías de mi prisa,
dejar el ceño? ¿No mostrar disgusto?
¿Consentir que la aparte la camisa?
¿Hallarlo limpio y encajarlo justo?
Esto es amor y lo demás es risa.
Esto sí que vale la pena.
En el futuro todo el mundo me recordará como el hombre que dio la más acertada
definición de amor (y de sus engaños...): FRANCISCO DE QUEVEDO
Texto de SANDRA LLOPIS
Este y otros textos pueden leerse también en mi blog La Locura de tu vida: http://lalocuradetuvida.blogspot.com.es/
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