domingo, 30 de diciembre de 2012

Un final para volver a empezar


Abre despacio aquella vieja maleta que durante tanto tiempo la ha acompañado y la coloca con cuidado encima de la cama, decidida a guardar en ella todos los  momentos compartidos.
La mira, con un nudo en la garganta y despacio, para que no se rompan, ordena con cariño todas las palabras de amor que un día se dijeron.
Después va llenando los pequeños huecos que quedaron en silencio con las instantáneas de momentos que no volverán pero que siempre quedarán escondidos en un rincón de su alma. En ese rincón donde cada paso del camino queda por siempre tatuado en un dibujo eterno.
Encima, con las manos temblorosas y los ojos empapados de ayer, coloca despacio todos los besos y caricias con las que pintaron su piel en aquellas noches que nunca parecían morir, y se aleja un instante para que las lágrimas no caigan dentro y estropeen el pasado.
Se despide de aquellos días susurrando palabras que solamente ella puede entender y dejando en esa piel gastada por el tiempo las huellas del cariño…cierra la maleta.

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