Abre
despacio aquella vieja maleta que durante tanto tiempo la ha acompañado y la
coloca con cuidado encima de la cama, decidida a guardar en ella todos los momentos compartidos.
La mira,
con un nudo en la garganta y despacio, para que no se rompan, ordena con cariño
todas las palabras de amor que un día se dijeron.
Después va
llenando los pequeños huecos que quedaron en silencio con las instantáneas de
momentos que no volverán pero que siempre quedarán escondidos en un rincón de
su alma. En ese rincón donde cada paso del camino queda por siempre tatuado en
un dibujo eterno.
Encima,
con las manos temblorosas y los ojos empapados de ayer, coloca despacio todos
los besos y caricias con las que pintaron su piel en aquellas noches que nunca
parecían morir, y se aleja un instante para que las lágrimas no caigan dentro y
estropeen el pasado.
Se despide
de aquellos días susurrando palabras que solamente ella puede entender y
dejando en esa piel gastada por el tiempo las huellas del cariño…cierra la
maleta.
Precioso y tan verídico!!
ResponderEliminarPrecioso relato, carmen. Me ha encantado...
ResponderEliminarMuy bonito!!!
ResponderEliminarMuy poético, me ha gustado, Carmen.
ResponderEliminarUn relato muy tierno, Carmen. Feliz año!!
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