Paseaba por la calle por el mero hecho de disfrutar de una tarde agradable y me acordé de que no muy lejos de allí, había una exposición de un desconocido pintor. No era muy apasionada en este arte, pero mis pasos se dirigieron hacia el local. Unas pocas personas cambiaban opiniones con sus acompañantes sobre la habilidad del artista y otras hacían un recorrido rápido sin más dilatación, como si fueran modelos de pasarela. Con una mirada rápida me di cuenta que algo estaba fuera de lugar. Empecé mi itinerario por un extremo y me paré en el primer cuadro, intentaba ver en el lienzo el significado que el pintor quiso expresar, pero soy torpe y sólo pude ver pinceladas sin sentido, hasta que llegué al último, que era el que no me cuadraba en la estancia. Me gustó nada más verlo, cómo si de golpe viera unas posibles respuestas abstractas a un cuadro que no lo era.
Una niña bajaba por unas escaleras y sujetaba por una correa a un cocodrilo, con la misma naturalidad que si de un perro se tratase. Una pareja que se encontraba a mi lado, decía que era una imagen sin sentido. Pero yo veía en el cuadro la representación de toda una historia. La fuerza del gobierno simbolizada en una niña, el poder del dinero reproducido en una lujosa casa y en el reptil que estaba oprimido por el poderoso, como si del propio pueblo se tratase. Vi en el cuadro, al poder, con derecho de estar por encima del más débil, pisaba sus derechos a cualquier precio. Salí de allí con la sensación, de que las circunstancias nos atrapan en el día a día. Sólo era un cuadro de una niña que bajaba por unas escaleras y sujetaba por una correa a un cocodrilo, con la misma naturalidad que si de un perro se tratase.
¡Qué imaginació, Fina, no me cansaré de decírtelo! Creo que necesita un repasito, pero en general está muy bien, con su mensaje y todo...Un abrazo!!
ResponderEliminarGracias Amparo. Le he dado un repaso, pero si ves que me quedó algo en el tintero por corregir, por favor dímelo.
EliminarMe gusta mucho Fina. Llevas la realidad a la ficción y la ficción a la realidad. Un beso.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste Mer.
EliminarA mí también me gusta el aspecto simbólico, no obstante debes corregir algunas cositas: hecho, me acordé de que..., a cerca o sobre la habilidad del artista..., intentando que él mismo..., como si... Una pareja...decía... Pero yo veía... y en el reptil...las circunstancias nos atrapan...
ResponderEliminarLas oraciones con gerundios resultan farragosas: creyendo, pisando, es mejor cambiarlas. Un abrazo.
acerca de ...
ResponderEliminarGracias Malén. Se puede decir "de" en la frase "me acorde de que..." ¿no es un dequeísmo? La utilización no normativa de la preposición "de" junto a la conjunción "que" en oraciones completivas u oraciones sustantivas de objeto directo. No lo tengo muy claro.
ResponderEliminarNo es un dequeísmo, este verbo rige la preposición "de", "acordarse de algo". Muy imaginativo tu relato.
EliminarGracias Lu.
EliminarMe ha encantado, Fina. Me gusta leerte.
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