Martín Ortega, gasta media paga semanal en alquilar el mismo traje todos los sábados. El traje es sobrio, de los buenos, y por supuesto elegante. Martín casi siempre incluye el bombín en su capricho, aunque le resulta más caro y le queda un poco pequeño; se lleva el equipo completo a la modesta pensión en la que vive, y con gran interés y paciencia se enfunda en él…al final del ritual, parece un figurín de escaparate.
Disfrazado de ilusión y deseo, se va alejando del centro de la ciudad hasta llegar a las afueras, allí, las calles son mucho más anchas, casi a medio hacer… no se cruza con nadie conocido…
Todas las tardes de sábado, merodea por ese barrio fingiendo que conoce el paisaje, que forma parte de él… tanto, que su intención proyecta la posibilidad de poseer cualquiera de esas casas. ¡Las siente tan hermosas!. Pero Martín, no tiene la llave de ninguna, no le esperan en ninguna…
De pronto y no por azar, se detiene con determinación frente a una valla de arbusto de una altura indefinida, tras ella, vive su historia Juan Morales Valdés, un hombre moreno, guapo de verdad, con la mirada varonil y porte moderno, casado con Amalia, chica de familia bien, tienen dos hijos, Manuel y Alberto. La vida les sonríe… Juan es banquero, el director del banco donde Martín guarda su otra media paga semanal…
Cada tarde de sábado, la familia Morales se instala en su amplio y cuidado jardín, mientras los niños juegan y corren, Juan lee el periódico y Amalia hace punto de cruz.
Martín, muere de amor por Juan… vive solamente para esperar ese día, esa cita… y con su tenacidad e insistencia ha conseguido modelar un resquicio en ese muro dúctil que les separa… se pasa horas con su cara enjuta encajada a esa grieta esculpida con el corazón, su visión le permite disfrutar de Juan e imaginar como podría ser una vida con él… ¿Y si él le amara sin saberlo?
¡Bellísimo! Guarda un resquicio de esperanza...
ResponderEliminarMuy bonita historia!!
ResponderEliminarBonita historia con un toque de tristeza. Los sueños, un arma donde el protagonista se agarra
ResponderEliminarEs bello y triste a la vez. El amor secreto e imposible, ¿ o no? de un hombre incapaz de saltar el seto y abrir su corazón. Me gusta mucho ese tono melancólico que le imprimes a la historia.
ResponderEliminarMartín está viviendo su historia de amor a su manera... cuando se ama se hacen cosas increíbles... Un beso gordo
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EliminarMelancólica historia de un amor difícil. Me ha gustado.
ResponderEliminarEs una historia de amor tan difícil, que solamente el rincón de la imaginación puede aliviar el ansia... Un beso.
EliminarHola, Mer. ¿Si hubieras eliminado "muere de amor por Juan" no se hubiera entendido igual? Lo digo porque así aumentaría la sorpresa. Pero no me hagas mucho caso que creo que me estoy rallando (¿o era rayando?). De todas formas, enhorabuena por el relato.
ResponderEliminarQuizá sí se hubiera entendido igual...pero esa frase es meollo de su comportamiento... un amor infrenable, rotundo e invencible y que le lleva a un ritual enfermizo y creativo. Un beso
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