Vestí mi único traje y tomé prestado el sombrero de papá. Salí de casa dentro de esa nueva piel, resuelto y decidido. Hoy era el día. Llamaría a su puerta y me declararía. La seguridad en mí mismo comenzó a menguar al ritmo de mis pasos, al llegar frente a su casa sólo tuve ánimo para espiarla a través del tupido seto, mientras me convencía de que mañana sí, mañana se lo diría.
Sí, espiar es la acción. Menudos novios indecisos que nos hemos echado en el relato!!
ResponderEliminarMuy bueno, un cobarde al que le vence la cobardía. Seguro que mañana se lo dice. Un abrazo.
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ResponderEliminarBonito micro, Yolanda. ¡¡Caray...con la indecisión!!
ResponderEliminarY cuando por fin se decidió, descubrió que ella ya se había casado, jajajajajaja.
ResponderEliminarTanto esfuerzo en ponerse presentable, para que al final la timidez se presentara ante él. Siempre das a tus micros un final impresionante Yolanda
ResponderEliminarMe ha gustado tu indeciso, recomiéndale unas sesiones en "Indecisos anónimos".
ResponderEliminarNunca se equivoca el que nunca se atreve... la vida es así... Me gusta. Un beso
EliminarEso es cobardía....
EliminarBueno, bueno, bueno, Yolanda. Vaya personaje que has dibujado. Divertido también. Y la ironía del título,muy acertada. Enhorabuena, muy buen relato.
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