Te quedaste sola esperándole. En el fondo,
sabias que no iba a venir. Siempre
actuaba de la misma forma: frases melodiosas en tu correo electrónico que tú
devolvías intentando superar las suyas. Vuestros sentimientos viajando a través
de un montón de cables conectados y al final nada. Algo absurdo.
Planeaste no pedirle
explicaciones. Preferías que todo continuase como antes y te prometiste no volverlo a intentar;
tal vez fuese la mejor forma de defender vuestra peculiar forma de amar.
Cuando llegaste a casa, tus
primeros pasos se dirigieron a tu despacho, a vuestro rincón más íntimo. Con
miedo, tecleaste en el ordenador la clave de tu correo y ahí estaba él,
solícito como siempre. Sus palabras no mencionaban su ausencia y tu contestación viajó libre de
reproches. Era mejor así. Preferías estar con él percibiéndole en cada una de
sus palabras antes que forzar un nuevo encuentro. El no fue capaz de romper la
telaraña de ilusiones que os hacían ser únicos el uno para el otro y, ahora, ya
no hay nada que os libre de esa cárcel que es, a veces, el amor.
Amparo, tu relato me deja una sensación de resignación y melancólica tristeza. Describes muchos sentimientos. Felicidades.
ResponderEliminarMe ocurre lo mismo que a Dori, que me transmite una sensación de melancolia tremenda y además unida a esa resignación de la que se agarra a lo que tiene porque no hay nada más que pueda esperar. Muy bonito, Amparo. Enhorabuena!
ResponderEliminar"tu contestación viajó libre de reproches. Era mejor así."
ResponderEliminarCreo que estas frases resumen perfectamente la idea de tu micro. Está muy bien contado, Amparo. ¡Estás hecha una artista! Me ha gustado mucho.
¡¡Gracias a las tres.!!
ResponderEliminarHola, Amparo. Un relato muy íntimo y muy logrado. Mi enhorabuena.
ResponderEliminarMiraría dos cosas:
La última frase, aunque escrita correctamente, parece un poco larga. No estoy diciendo que haya que acortarla, sino pautarla. Me ha dado esa sensación cuando la he leído de tirón.
Por otra parte, lo de interconectar me suena raro. ¿No sería mejor "conectar"?
Sí, cambiaré a conectar y volveré a leer la última frase. Gracias.
EliminarReleyendo con más calma, he visto esto otro. Échale un ojo a los tiempos verbales:
ResponderEliminar"y ahora ya no había nada que os liberara de esa cárcel que es, a veces, el amor."
Ahora con había suena raro. Mejor presente y por tanto, liberar en el mismo tiempo v. Un beso.
Ya, vale, todo en presente. Lo cambio y si no es así, me lo dices.
EliminarFelicidades, Amparo, me ha encantado tu micro. Yo pondría:
ResponderEliminar"frases melodiosas, en tu correo electrónico, que tú devolvías intentando superar las suyas"
Es que si no te ahogas al leerlo, pero tú misma, artista. Besos.
Me gusta mucho Amparo. Creo que el miedo es una parte del amor... miedo a no ser esa persona, miedo a perder lo poco o mucho que tenemos en el amor, miedo a no ser especiales, únicos para la otra persona... Un beso.
EliminarSí, Mercedes, estamos de acuerdo.
EliminarGracias, Lú,por lo de artista. No veo yo mucho las comas ahí donde tú dices pero lo leeré y leeré....para ver si las veo hoy, mañana o pasado.
EliminarEnhorabuena Amparo, me ha encantado tu micro esta lleno de frases preciosas. He disfrutado leyéndolo.
ResponderEliminarGracias, Yolanda. Un abrazo
ResponderEliminarEs triste. Mira que enamorarse de unos correosssssssssssss, con lo bonito que es vivirlo en la piel..... Amparo muy bien escrito porque logras que se me revuelvan las entrañas al leer la resignación y la angustia de perder algo que no es nada.
ResponderEliminarPrecioso relato, no cambiaría nada!!
ResponderEliminarGrcias, Wis, gracias Malén. No voy a cambiar nada, lo dejo así.
ResponderEliminarBonito relato Amparo. Es triste tener que resignarse a algo, pero en el amor manda el corazón y no el razonamiento de por qué se hacen algunas cosas.
ResponderEliminarGracias, Fina.
EliminarMe gustó mucho el relato Amparo. Tienes una capacidad muy grande de coger una situación cotidiana, incluso frecuente y convertirla en una buena historia :).
ResponderEliminarEn cuanto a lo que dice Fina, no estoy tan segura... ¿De verdad es cierto que el razonamiento pinta tan poco en el amor? ¿No será un tópico que repetimos? Por que a los veinte años- de acuerdo. Pero a los cincuenta ya ha dado tiempo de encajar golpes suficientes como para sopesar si quieres volver a poner la mejilla o no...