Sí, era Lella, posando para Edouard en el puerto de Concarneau. Detuve el nuevo prototipo 356 frente a ellos y los invité a un aperitivo. Pastis para ella, Cognac para él y Campari con soda y corteza de mandarina para mí. La tarde se presentaba con unas inquietantes nubes grises surcando un cielo encendido de fondo que competía con el pelo de Lella. El azul del mar inundaba sus ojos, mientras Edouard hablaba sin cesar, y su mirada recordaba, sin duda –lo sé-, las noches que pasamos juntos durante la fiesta de las redes azules de aquel verano.
No se estaba mal en esa Maison de la Mémé, junto al puerto. Edouard seguía con su infinita conversación amena e irresistible que hacía que, tanto Lella como yo, lo apreciásemos mucho más que el resto de los mortales, de hecho, éramos los únicos que podíamos soportarlo. Qué genio perdió la industria automovilística cuando cambió la llave inglesa por la cámara, pero le resultó más satisfactorio que Lella fuese el centro de su vida a través de su cámara, y no mis caballos disfrazados en un chasis de latón. La inmortalidad por el dinero... no es mal negocio si lo ves desde ese punto de vista.
La mirada de Lella y la voz de Edouard acabaron por hipnotizarme –los cuatro Campari también ayudaron algo, lo reconozco-. Cuando desperté la habitación todavía olía a Edouard, y en el espejo del tocador un mensaje escrito con carmín decía:
EN FACE
HÔTEL DE VILLE
PARIS!
Qué evocador!!! Eres un mago, Eu
ResponderEliminarUuuu...es un relato que "suena" muy bien! Me ha gustado!
ResponderEliminarPreciosa la ubicación e imaginativa ficción en torno al personaje-imagino- de Edouard Boubat, autor de la fotografía. Muy bueno, Eu.
ResponderEliminarOhlalá monseur Eufrasio, tres bien!
ResponderEliminarEl texto es muy hermoso, Eufrasio. Me gusta especialmente lo que se intuye, lo que no dices, lo que algunas frases evocan para que el lector continue imaginando.
ResponderEliminarEl final con esta frase:
Cuando desperté la habitación todavía olía a Edouard
es un buen ejemplo de lo que trato de decir.
¡Enhorabuena!
Gracias a todos. Me alegra mucho que os haya gustado. Para mí es todo un placer poder entreteneros.
ResponderEliminarEs un buen texto novelístico, no lo dejes pasar!!
ResponderEliminarMuy bello, sin duda. Hazle caso a Magdalena que nos quiere poner a escribir novelas.
ResponderEliminarMe sumo al comentario de Geli y al consejo de Malén.
ResponderEliminarGenial Eufrasio
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