Habían pasado al menos cinco años y allí estaba otra vez, con mi ilusión intacta, esperando su barco. Los nervios bailaban desbocados en mi estómago y mi corazón latía a un ritmo nuevo. Le vi acercarse, su mirada se posó en la mía, después se paró en mi pecho y bajó hasta mis piernas, para volver a mis ojos llena de admiración y deseo…
Esta vez no me gritó: ¡Eh, Manolo, amarra el cabo!
Uissss, qué bueno, Yolanda, tú si que sabes darle ese toque sutil de historia narrada en cuatro frases, jeje
ResponderEliminarMe encanta Yolanda!! Lo tuyo, está visto, son los micros!!
ResponderEliminarExcelente, Yolanda.
ResponderEliminarLa operación no debió salirle nada barata. Muy bueno.
ResponderEliminarMuy bueno!!
ResponderEliminarSugerente, sensual intimista y canalla. Fantástico
EliminarSutil. ¡Bravo, Yolanda!
ResponderEliminar¿El era ella, no? Jo, qué güay, Yolanda!!
ResponderEliminarY la de puertas abiertas que deja la autora. Bravo, Yolanda.
ResponderEliminarGracias amig@s por vuestros comentarios.
ResponderEliminar:)
Como siempre genial Yolanda
ResponderEliminarQué original, estás que te sales guapa, no me extraña que ganes todos los concursos en los que participas. Un abrazo.
ResponderEliminarQué bueno, Yolanda, el final es genial.
ResponderEliminarDori ¿ganar concursos? Hasta ahora no he ganado ni uno ¡qué más quisiera yo!..., que va hija, he quedado finalista por ahí en pequeños concursos, pero nada más.
ResponderEliminarUn abrazo y, gracias no obstante a tod@s.