Formaba
yo parte de un alegre batallón de modistillas que actuaba en el cabaret más
famoso del Madrid de los locos años veinte. Vestíamos camisa militar y un
pantalón muy corto que dejaba a la vista nuestras largas piernas enfundadas en
preciosas medias de seda. En el estribillo coreábamos:
Un, dos, tres, ahora va bien.
Triunfamos
durante muchos años hasta que llegó la guerra. Entonces algunas de nosotras nos
enrolamos en batallones de milicianas, aunque por poco tiempo. Tuvimos que
soportar el sarcasmo con el que nos cantaban la canción que tantos éxitos nos
había proporcionado.
Cuando
acabó la contienda, sufrimos prisión, humillaciones, torturas y violaciones por
parte de algunos desaprensivos del otro bando. Yo pude contarlo. Mis camaradas
terminaron sus días rotas, con los ojos muy abiertos desafiando a sus asesinos junto al paredón.
Modistillas, palabra clave, ya en desuso. Muy bien!!
ResponderEliminar¿Yo no había nacido aún cuándo eso? ¡Qué triste! Me he acordado de una peli que se titulaba "La voz dormida", con la lloré mucho
ResponderEliminarEstá basada en la novela del mismo nombre de Dulce Chacón y yo tb. lloré mucho al final. Preciosa!!
EliminarMe gusta. Las haría aún más heroicas, como muchas lo han sido en la realidad y las haría cantar con orgullo aquella canción que cantaban en el cabaret. Una de ellas gritaría uno, dos tres, ahora va bien, como diciendole a sus asesinos que morir por lo que se cree es vivir con dignidad. Me ha gustado, Lucrecia. Y malén, tienes razón, la palabra modistilla evoca tiempos de agujas en la lengua.
ResponderEliminarPrecioso, Lú. Con final duro pero muy bueno. Las he visto (a las modistillas) como en un corto sobre la guerra civil.
ResponderEliminarMe ha puesto la piel de gallina como cuando lei las Trece Rosas o La Voz Dormida. Historias de injusticias de las que hay que seguir escribiendo para que nunca se olvide nuestro pasado. Enhorabuena, Lu!
ResponderEliminarMuy bonito, Lu.
ResponderEliminarUn relato realmente envidiable, Lu.
ResponderEliminarMuy bueno, Lu. UNa semblanza nostálgica de aquellas mujeres de una época ya desaparecida.
ResponderEliminarUn relato muy bueno, Lu. Una breve pero exquisita lección de historia. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias a tod@s por vuestros generosos comentarios. Muchos abrazos.
ResponderEliminarLo que más me gusta de tu texto es lo que no cuentas y solo dejas entrever. ¡Buen trabajo, hada!
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