Lella fue la primera en despertarse. Tras asearse y vestirse bajó al restaurante del hotel sin despertar a Edouard. Pidió una taza de café y se puso a leer Le Figaro –una costumbre heredada de Ferry, sin duda-.
El motor no rugía, sonaba. Hacía horas que había dejado atrás París, sin detenerse, sin mirar atrás, con la noche como única compañera de viaje. El coche devoraba las líneas de la carretera con la misma frecuencia armónica que el viento acariciaba su rostro, todavía desencajado por las lágrimas... los amores no se pueden compartir por mucho tiempo, el sexo sí. ¿O era al revés? No lo iba a descubrir aquella noche, por lo que resolvió disfrutar de la conducción de aquella maravilla sobre la que estaba sentado. Con esa media de velocidad llegaría a Stuttgart a hora del desayuno. Pisó el acelerador y el motor respondió con más potencia.
Edouard besó la frente de Lella, como todas las mañanas y, como todas las mañanas, le deseó buenos días. Cogió una tostada para el camino y la cámara de tiracuello. Se despidió con un beso al aire. Lella le miró sin levantar la cabeza y juntó los labios para avanzarlos poco a poco hasta que, de ellos, salió un sonido suavieso*. Se dirigió al café del día anterior. Robert estaba esperándole sentado en el mismo sitio, pero ahora sin los dos jóvenes parecía incluso de su misma edad. Intercambiaron sus cámaras, o quizás fuesen sus miradas.
—Me llamo Edouard.
—Lo sé. Yo, Robert. ¿Y ella?
—No será un problema.
Y continuaron hablando sobre cuál sería la mejor postura de las cabezas de los modelos para poder inmortalizar la belleza de un beso.
* Suavieso: calidad de caricia con intención íntima y sexual, impúdica y deshonesta que dirían nuestros abuelos.
¡Guau!. El ritmo es muy bueno y mantienes la armonía con los relatos anteriores. Se lee como una novela. ¡Yupii!
ResponderEliminarSolo una pregunta. Robert le pregunta a Edouard sobre "ella" al mirar una de sus fotos ¿no?
Podría ser, aunque no hago ninguna referencia. Lo que intentaba con este pequeño diálogo era apuntar el inicio de un nuevo trío.
EliminarOk, entonces, lo siento, pero me he perdido. Dices que Edouard se despide de Lella y va al encuentro de Robert, quien a su vez le espera sentado, sin los dos jóvenes. Se entiende, por tanto, que solo. Sin embargo, Robert le pregunta por una tercera persona. Si no es alguien de una foto, ¿es que Edouard ha recogido a alguien de camino antes de reunirse con Robert? No sé si me estoy explicando. ¿Me sigues?
Eliminar¡Uf, qué lío estoy armando!
Sí, en este no queda claro. Hay que remitirse al segundo para entender que Robert la conoce cuando Edouard se acerca para llevársela al hotel. Debería darle alguna vuelta más.
EliminarCreo que ya te has de lanzar directo a la novela, sí señor!!
ResponderEliminarDe acuerdo con Malén. Me alegra que la foto de esta semana te haya motivado tanto. Bonito coche, por cierto. Buena continuación.
ResponderEliminarYo tengo que confesar que estoy muy estresada y agotada con el final del curso y que me pierdo con tus personajes, pero suena muy bien tu historia.
ResponderEliminartambién estoy de acuerdo con Malén. Una historia muy novelesca
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