miércoles, 23 de mayo de 2012

DESCONSOLADO




Los trágicos llantos lo despertaban al anochecer cuando ya llevaba un rato en la cama. Se arrebujaba entre las sábanas temblando y pensando que no podían ser gatos como alguien le había dicho.  Ya no volvía a dormirse. Estaba convencido de que eran los bebés que lloraban porque estaban terriblemente solos y abandonados, querían estar donde él. Ya apenas recordaba a sus padres. Ahora su miedo era otro: que lo sacaran de aquel orfanato porque era mayor y en su lugar entraran aquellos pequeños que lloraban sin consuelo.

8 comentarios:

  1. Muy bueno, Maga. Es verdad que los aullidos nocturnos de los gatos parecen gritos de niños. Enhorabuena. Nos estamos haciendo expertos en el mundo de los gatos y su relación con los humanos.

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  2. Malén, en efecto, corto pero contundente.De acuerdo con Lú, pero además, tú eres otra experta en micros. ¡Qué envidia me das!

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  3. Terrorífico. Siempre me han conmocionado los traumas infantiles. Un gran micro.

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  4. Un gran micro, ya lo creo!! Enhorabuena!!

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  5. Que gran verdad, los gatos en las noches se confunden con llantos infantiles, muy bien enlazado con el tema. Felicidades.

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  6. Conciso pero muy directo, Malén. Reflejas muy bien el sentimiento de abandono, de miedo, de desprotección de los niños que viven institucionalizados. Sé de lo que hablas en tu micro.

    ¡Bien hecho! Un abrazo.

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  7. ¡Buen micro, Malén! Es cierto la similitud del maullido del gato con el llanto de un bebé. Ya me ocurrió una anecdota al respecto que me puso los pelos de punta.

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