Todos los ojos se volvieron hacia mí, todas las caras reflejaban asombro y rechazo, algunos no se cortaron en comentar: ¡vaya pintas! ¡qué horterada!, en un tono descaradamente alto e intencionado, que por supuesto llegó sin problemas a mis oídos, parecía que mi aspecto hería una parte de su sensibilidad a la que yo no pretendía ni asomarme.
Yo me dirigí a mis incondicionales segura de que en ellas iba a encontrar comprensión.
En el salón de baile del hotel, Malén, Amparo, Fergal, Wis, Asun, Geli, Lucrecia y su intima (Leocadia), me sonrieron cómplices: “estás muy guapa, no hagas caso".
Ya sabía yo que ellas me entenderían; sabían cómo deseaba hacer este viaje y cuánto me gustan los collares de cuentas de colores y las brillantes túnicas que venden en el Zoco, vale que tal vez me excedí al lucirlo todo junto, pero hay que entender que llevaba mucho tiempo esperando tener tanta belleza entre mis manos como para decantarme únicamente por una parte de mis magníficas compras.
Qué bien que hayas venido con nosotras!!!
ResponderEliminarMuy divertido, a ver si se animan a continuarlo!!
ResponderEliminarjajajaja,...Yolnda, ¡qué graciosa!, la verdad es que el vestidito se las trae...
ResponderEliminarBuena idea, Malén, esa de la continuación.
Sensualidad oriental ¡Sí señor! Además el vestido no es por lo que es sino por quién lo lleva y seguro que tu lo llevabas divinamente por eso te sonreímos con complicidad.Gracias Yolanda por llevarnos contigo.¡Yo quiero ir de verdad!!!!
ResponderEliminarPues Amparo a seguir con tu look y cuéntanos qué haces con los tacones de marras y el vestidito que te corta la respiración
ResponderEliminarYolanda, ¿estas eran las compras que hiciste en el viaje que hicimos todas aquella Nochevieja a Turquía?, ya sabía yo que cuando me marché con Chaid, me había perdido algo. Buen relato, y confirmo que todo tu aderezo te queda genial.
ResponderEliminarPrecioso modelo, me dice Leocadia que si se lo prestas para la Nochevieja para la cita que tiene con don Justo, quiere impresionarlo. Me ha gustado también el relato.
ResponderEliminarJo Lucrecia, lo siento por la buena de Leocadia pero me cuesta separarme de tan excelso modelo, seguro que ella no necesita de adornos para impresionar a D. Justo, con su encanto natural lo tendrá en el bote.
ResponderEliminarJajajaja, muy original el relato. ¿De verdad te fías de estas compañeras que tienes tan ....? jijijijiji. seguro que estabas muy guapa.
ResponderEliminarYolanda, tendrás que quitarme de este texto. Aún sigo secuestrada por la enamoradiza Julieta.
ResponderEliminarSe trata de un Hervé con pedrería, no se si será copia pero te queda de muerte Yolanda.
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