miércoles, 28 de diciembre de 2011

En la tetería (II)


-Te dije que no era necesario andar tan deprisa -dijo Geli, y se sentó en uno de los sofás de la tetería, con el tacón en la mano.

Julieta ni la oyó, absorta en recorrer el local con la mirada como rapaz en busca de caza. Eran las primeras en llegar. Por fin, se sentó en el mismo sofá. Al punto, una mujer alta de ojos claros entró y sonriente,
preguntó:

-¿Julieta?, ¡Hola! Soy Asun.

-¡Hola! ¿Qué tal? sí, soy Geli. «¡Ay! será posible, pero si me acaba de dar un pisotón. ¿Por qué habré venido con ella?». Bueno, quiero decir… Julieta y Geli.

Las dos se alzaron al mismo tiempo para besar a la recién llegada y sus cabezas chocaron con la de la pobre Asun que muy discreta, prefirió no hacer ningún comentario.

Julieta no estaba dispuesta a dejar que la reunión se echara a perder por culpa de Geli y su exceso de comedimiento. «¡Frescura, frescura! Eso es lo que necesita un encuentro como este. ¡Menos mal que he venido yo también!. No la puedo dejar sola». Y justo cuando se disponía a tomar la palabra, la puerta se abrió de nuevo y apareció frente a ella, su príncipe bereber. Las besó a las tres, y desde ese instante, Julieta olvidó sus propósitos recientes.

Amparo y Eufrasio no tardaron en llegar, pero para entonces, tanto Asun como Geli, sabían que al príncipe berebere solo le interesaba Julieta.

Los cuatro pidieron unos deliciosos tés de canela y unos rooibos de genjibre y mandarina, mientras que la pareja olvidada de todo y de todos, planeaba una visita a la Catedral de León.

La tarde transcurrió con las historias de Amparo, los ojos chiquitos de Eufrasio, y la cordura de Asun. Era la primera vez que se reunían, pero la atmósfera no se revistió de silencios incómodos. Al contrario, las palabras se sucedían ligeras, en busca de historias que las equiparan de sentido, de armonía y de calor, pese al frío al otro lado del ventanal.

Eufrasio con su mirada directa y sus ojillos propuso que se institucionalizaran este tipo de encuentros, y fue entonces cuando Julieta, olvidada de todo y de todos, exclamó:

-¡Voto por ellos!

Nos miramos todos un breve instante y cómplices, nuestras carcajadas estallaron alegres y despreocupadas al unísono.

7 comentarios:

  1. Me alegro de que el encuentro resultara cómodo, a ver si esa visita a León se convierte muy pronto en una realidad. Un abrazo.

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  2. Bonito resumen del encuentro Geli. Julieta, apresúrate a venir a León que en Marzo la entrada a la catedral ya NO será GRATIS, te esperamos, quiero decir, os esperamos a las dos (al principe si quereis también). Besos.

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  3. Bueno, pues poco a poco me voy enterando de todo, aunque mi espíritu que andaba por allí, ya me había adelantado algo. Me alegro de que fuera un éxito el encuentro y tú, Geli, lo narras muy bien.

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  4. Ostras,dejo de mirar dos días y ya estáis manos a la obra!!!.
    Me ha divertido mucho la narración de los hechos.Espero que la vuelta al trabajo no haya sido demasiado dura.Un besito al cosaco y a Julieta.

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  5. Dori, muchas gracias por la invitación. Me encantaría ir a León y acompañar a la "parejita", pero me temo que a diferencia de Julieta, mis obligaciones familiares me lo impedirán. Ella sí, ella irá. Es libre. Yo tendré que esperar a las vacaciones, pero lo tendré en cuenta. ¿Vale?

    Asun, otro beso para ti.

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  6. Qué suerte!! Me alegro del éxito de la convocatoria y de que nos lo cuentes tan bien, ya sabes que Julieta es un espíritu libre,hay que dejarla hacer.

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  7. Buena descripción Geli. Espero no haberos aburrido con mis historias. Quizás hablo demasiado. Cuando me pase me lo decís, porfa. Es que soy muy rollera. Siempre.

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