Después de leer la maravillosa dedicatoria de Malén mi corazón quedó consternado, mi mente en blanco. Tuve que esperar algunos minutos para reaccionar. Nadie, jamás había escrito nada tan bello sobre mí, para mí. Era el mejor regalo que había recibido en mucho tiempo, un regalo único y personal, de los que no se olvidan.
Lucrecia, fue la que dio el primer paso, me ofreció el primer obsequio: la oportunidad de poder escribir relatos. Me costó mucho tiempo decidirme, tanto tiempo sin escribir.... No me sentía capaz. Los primeros cuentos que leí fueron los suyos y me resultaba imposible imaginarme compartiendo este espacio con sus relatos, imaginativos e impecablemente escritos. Después, cada día leía alguno más del resto de cómplices en esta hermosa labor de escribir y todavía me pareció más descabellado atreverme a publicar algo junto a vosotros.
Lucrecia, mientras, no paraba de insistir; hasta que un día me pilló con el ego subido (habría tomado alguna copa de más…) y me decidí.
No me fue tan mal y con vuestra ayuda he ido creciendo poco a poco y seguiré haciéndolo por siempre y… algún día, tal vez pueda escribir micros tan bellos como los de Malén, de prosa delicada como un encaje de guipur que te envuelve hasta que ya no te sientes en tu mundo sino en el que ella ha ido tejiendo con paciencia, enseñándonos su extenso vocabulario repleto de palabras que evocan hermosos paisajes llenos de ensueño, nostalgia y deseos difíciles de cumplir, como su esperanza en un mundo vacío de injusticias y lleno, si pudiera ser, de igualdad y de paz. Deseos que compartimos contigo y que, a veces, tintan de un color más oscuro algunos de tus relatos y de los nuestros también.
Gracias por vuestra generosidad.
Que suerte que Lucrecia "te enredara" en nuestra sólida red, ojalá no te escapes de ella, desde luego todas le debemos a ella el estar aquí y eso no lo vamos a olvidar. Una suerte contar contigo Amparo, un abrazo.
ResponderEliminarBravo, Amparo, esta versión te ha quedado mucho mejor y muchas gracias por la parte que me toca. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarGracias, ciberamiga, me han encantado tus hermosas palabras y que estés aquí con nosotras, juntas y aprendiendo todos de todos. Hoy yo, sin ir más lejos, he aprendido lo del encaje, es bellísimo, y desconocía lo del guipur, que buscaré en san google inmediatamente. Todas intentamos ser tejedoras de sueños, como este que compartimos,el de escribir un poquito. Un gran abrazo.
ResponderEliminarYa sabéis que en casi todo lo relacionado con telas, tejidos, trajes y moda me podéis preguntar y siempre os ayudaré en lo que pueda. El guipur es una forma de hacer encaje que da como resultado unos dibujos de gran delicadeza. Mi madre era modista y siempre me lo estaba nombrando. Ella era especialista en trajes de novia a los que, a veces, se les añadía encajes de todo tipo.
ResponderEliminarDe lo que se entera una, no tenía ni idea de eso o no lo recordaba. Tus palabras le añaden belleza a tu madre aunque a mí siempre me pareció muy dulce y bella aún sin saber de estos primores que supongo pertenecían a su vida de soltera.
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