sábado, 3 de diciembre de 2011

Confianza


Aquellos atardeceres rojos eran un embrujo para sus sentidos, la hechizaban, la hacían sentirse parte de aquel impresionante paisaje que la rodeaba y dejaba sin habla, como una mota de arena de aquel infinito desierto. Ninguna de sus tareas como cooperante de Naciones Unidas, experta en extremo Oriente, la hacían sentirse mejor que la contemplación de la retirada del sol cada atardecer, cuando una difuminada luz de colores indescriptibles iba dando paso a la limpia oscuridad de aquellos cielos estrellados. Era su momento mágico de comunión con la naturaleza, en el que percibía que a pesar de la inmediatez de la vida y de todos sus pesares, algo muy grande  la embargaba. Era entonces, y solo entonces, cuando pensaba que no todo estaba perdido en el mundo actual y que entre los millones de personas de buen corazón se podía contribuir a mejorar las condiciones de vida de los países necesitados.  Era una exigencia natural y la fuerza de la naturaleza se lo merecía. Su confianza en la humanidad  la susurraba a los cuatro vientos.

9 comentarios:

  1. Aprovecho para desearos -desde esta confianza en que otro mundo mejor es posible- mis mejores deseos para el próximo año. Que sigamos viviendo con la ilusión de que cada uno podemos aportar nuestro pequeño granito de arena en la tarea común del bien de todos. Besos.

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  2. Mil gracias.Recojo la parte de confianza que me toca y te la devuelvo en forma de "suerte,salud,amor y alegría".Un abrazo muy fuerte.

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  3. Hermoso tu relato y hermosos tus deseos. Qué tus palabras sean una realidad. Besos y abrazos.

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  4. Lo mismo digo, pero que pronto empezamos con las felicitaciones,estaremos contagiados por las grandes superficies,....

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  5. Gracias Malén. Un buen contrapunto a mi relato desolador. Espero que seamos muchos los que al final vean ese rayito de esperanza que nos haga salir de este letargo. Enhorabuena y felicidad para tí y los tuyos

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  6. La fuerza de la belleza de la naturaleza nos hace ver lo pequeños que somos. Buen relato. Enhorabuena.

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  7. " Era una exigencia natural y la fuerza de la naturaleza se lo merecía. Su confianza en la humanidad la susurraba a los cuatro vientos"
    Yo también lo siento así.Gracias por tu relato.

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  8. Reflexión muy hermosa, Malén, y muy bien narrada.
    ¡Bien hecho!

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