El fantasma llegó antes de lo previsto. Sabía que esa noche tres fantasmas debían visitarme y mostrarme las bondades del tiempo navideño. Lo sabía, entre otras cosas, porque yo era el protagonista de un pequeño relato titulado Dickens Versión 2.0 que Marco, en un intento desesperado por salvar los muebles de su maltrecha dignidad literaria, intentaba escribir una y otra vez. Por eso el fantasma llegó antes de lo previsto, porque la falta de imaginación de mi autor le impedía andarse con retóricos preámbulos. Así, poco más puedo añadir. El fantasma llegó. Creí que serían tres pero, al final, Marco hizo un E.R.E y se deshizo de la mitad de la plantilla de espectros. El fantasma estaba depresivo y me dijo que era una injusticia su situación, teniendo que hacer el trabajo del fantasma de las navidades pasadas y del fantasma de las navidades futuras, doblando horas y cobrando lo mismo. Me comentó, también, que sus dos compañeros habían acampado en Sol y habían escrito unos panfletos con más calidad que cualquiera de los micros que Marco publicaba en Valencia Escribe. Eso seguro, apostillé yo mientras destapaba un par de cervezas (cosa que le da mucha rabia a Marco, ya que él es alérgico a ese sabroso brebaje). He de reconocer que el fantasma hizo bien su trabajo aquella noche. Me hizo ver un dvd con un montaje de los mejores momentos de las navidades de mi infancia, de mi aburrido presente y de mi desdichado futuro. Puse cara de consternado (eso lo hago muy bien) y le dije que a partir de mañana sería un perfecto personaje navideño. Tras darme un abrazo, el fantasma se marchó al despuntar el alba. “Despuntar el alba”, por Dios, Marco, si que estás mal hijo. En fin, se acaba mi tiempo literario. Marco está ahora muy liado, pero me ha comentado que esta es su forma de deciros que os quiere, que os necesita, que sois su medicina en muchas ocasiones, que le perdonéis si en algún momento, por acción u omisión, os ofendió en algo y que paséis unas felices fiestas.
Gracias fantasma, por sus noticias!!
ResponderEliminar"Salvar los muebles de su maltrecha dignidad literaria", hay que ver lo que somos capaces de decir para no hacer los deberes. Además tus fantasmas se han metido en VE y tres veces que he intentado leer tu relato han borrado el blog entero.
ResponderEliminarMarco, muchas gracias por tu relato y que la felicidad te acompañe estos días en que serás "un perfecto personaje navideño". Yo también lo intentaré si el cava no me delata. Un abrazo fuerte.
Las almas bellas no ofenden nunca.Feliz Navidad para tí también.Un abrazo.
ResponderEliminarMarco, no dejes que la vida se te caiga de los bolsillos, pero si sucede, escríbenos para contárnoslo. Quizá desde aqui podamos ayudarte a recogerla, y volver a pegar los trocitos rotos.
ResponderEliminar¡Felices días!
Eres un maestro capaz de hacer un relato brillante con retazos de Dickens y fingida falta de imaginación. Genial.
ResponderEliminarMe encanta lo de la vida que se cae de los bolsillos, te lo robo, nunca se sabe, no hay que tirar nada!!!
ResponderEliminarGenial!!!! Eres mi ídolo. Para el próximo año te deseo (egoistamente) que te prodigues muchísimo por aquí.
ResponderEliminarMucho ánimo y felicidad para ti y tu eterna fantasía Marco.
ResponderEliminarMe ha encantado Marco. Aunque tengamos horas bajas, nunca debemos abandonar VE porque te aseguro que es la mejor terapia y yo entiendo bastante de terapias. Tu relato ha sido precioso e imaginativo, porque tú lo eres y además escribes muy requetebien. Y en Navidad yo y muchos de los de aquí seguro que nos convertimos en muñecos pero eso no debe ser un problema y si lo es tírate al alcohol moderadamente sólo hasta llegar a ese punto en el que uno está " agustito". ¿Has visto el tipo de terapias que imparto?
ResponderEliminarNo te hagas el fantasma, jooooooo.
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