¡Estoy harta, pero que muy harta! En la tierra, la de Valencia creo, hay un grupo de enajenados a los que les ha entrado la locura divina y andan todo el día invocándonos, pidiéndonos inspiración para escribir no sé qué historias. Yo no puedo más, me jubilo, lo dejo, llevo siglos y siglos con esta profesión y nunca me habían implorado tanto. Mi hermana Terpsícore está como si no fuera con ella, porque a estos terrícolas no les ha dado todavía por la danza, aunque todo se andará, se atreven con todo. Calíope, que también está quemada, ha colgado la corona, ha quemado su libro y anda todo el día haciendo sonar su trompeta, desafinada por cierto. Urania anda molesta porque le han robado su compás. Pero la que me asusta es Melpóneme que se ha bajado enfurecida a la tierra con su espada y me temo lo peor…
¡Qué bueno! genial, espermos que Melpóneme no nos encuentre y si lo hace que sea compasiva e indulgente con nosotros.
ResponderEliminar¡Hartas de nosotros, no me extraña, tanto mentarlas! Mi deseo es como el de Yolanda.
ResponderEliminarAsí deben estar, así.De punta.Enseguida me las imagino a todas de los nervios.Muy divertido y breve.
ResponderEliminarBueno es cuestión de evocar a la Terpsícore, haber si se nos da bien la danza, seria cuestión de probar. Quien nos vería...
ResponderEliminarquise decir invocar jaja
ResponderEliminarEso nos pasa por invocarlas todos a la vez, jajajajjajaja
ResponderEliminarPues no sé de que se quejan, las mías están de farra todo el día... y la noche, claro. De todas formas de MelpóMeNe yo no me preocuparía, creo que la han visto por Somalia, ¿o era en Siria? Ah, no... ¡en Grecia!
ResponderEliminarMuy bueno, Lucrecia. Como comprobarás tus relatos siguen dando pie a respuestas, continuaciones... Enhorabuena.
Qué bien me hubiera venido hoy la inspiración de Terpsicore en mi clase de salsa, he estado espesito, espesito.
ResponderEliminarLucrecia, te las conoces a todas, seguro que son buenas chicas.
ResponderEliminarMuy bien prima, tan buena como siempre.
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