Washington, D.C.: Calíope, Erato, Talía y Terpsícore entran en la reunión del Fondo Monetario Internacional. Ataviadas con el mármol de los siglos y con sus carteras de trabajo, se dirigen con paso firme al sillón que ocupa Christine Lagarde. Le susurran algo al oído. La Directora Gerente sonríe.
Berlín, sede del Bundestag: Urania y Polimnia abren la puerta del despacho de Angela Merkel. Sobre la mesa de la nueva “Dama de Hierro” depositan un dracma. Merkel roza con sus dedos la desgastada moneda y sonríe.
París, Palacio del Elíseo: Euterpe y Melpómene desayunan con Nicolas Sarkozy. Sobre una bandeja de plata hay una fotografía. Al presidente galo parecen gustarle mucho las mujeres y muy poco sonreír.
Atenas, plaza Sintagma, sede del Consejo de los Helenos: Clío tiene un libro entre las manos. Se trata del tercer tomo de la Historia de la Guerra del Peloponeso de Tucídides. Clío le está leyendo a Georgios Papandreu el trozo que corresponde al discurso mitilenio en solicitud de ayuda a los lacedemonios. La expresión del rostro de Papandreu parece esculpida a cincel.
Monte Olimpo: Zeus enciende un cigarrillo con uno de sus truenos mientras ojea la prensa olímpica. El plan ha salido a la perfección: Grecia ha evitado la bancarrota. Por primera vez en muchos siglos, el Rey de los Dioses esboza una sonrisa.
Genial, Marco, Zeus te oíga.
ResponderEliminarTu relato se ha hecho esperar, pero como siempre, pone el listón muy alto. Enhorabuena. Lo de encender el cigarro con el trueno, me ha encantado.
ResponderEliminarQué bueno, Marco. Como el guión de una película. Ya sé que las comparaciones son odiosas, pero es que no paran de venirme a la cabeza montones de obras maestras mientras te escribo estas palabras, por lo que no me queda más que darte mi más sincera enhorabuena: tu relato me ha devuelto a otras épocas, otros lugares, otras historias.
ResponderEliminar(Atraco perfecto de Kubrick. Esa es la que se me está instalando en la cabeza)
Los dioses no deben estar locos cuando son capaces de estudiar el carácter humano y salvar la bancarrota de Grecia utilizando armas difíciles de repeler. Brillante ejercicio Marco.
ResponderEliminarYa te echaba yo de menos....Bonita manera de solucionar la crisis, si señor. Por cierto, cada vez que veo un libro de Joyce Carol Oates me acuerdo de ti, ¿por qué será?
ResponderEliminarSería estupendo que las musas ayudaran a los componentes del fondo monetario, otro gallo nos cantaría. Muy bueno Marco.
ResponderEliminarMuy bueno Marco. Ya podían estar aquí para ayudarnos con la crisis
ResponderEliminarSe te ve muy puesto, ojalá te oigan los dioses!! Lo del cigarrillo y el rayo de Zeus es tremendo!!
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