Queridos amigos, tengo que confesaros algo: el otro día Lucrecia me dijo que había quedado en un bar de nuestra calle con Eufrasio. Yo me quedé esperando que me pidiera que la acompañara pero la muy bruja no lo hizo. Solo me utiliza para lo que quiere, que si escríbeme un prólogo, que si riégame las plantas..., pero cuando se trata de hombres si te he visto no me acuerdo. Mi cabecita loca se apresuró a urdir un plan que corrigiera semejante injusticia poética: me presenté en su casa dos horas antes de la cita, introduje, en un descuido, dos grageas de Valium 10 en su taza de té y me ofrecí a darle un masaje para mitigar sus dolores de espalda. A los diez minutos dormía como un angelito, ocasión que aproveché para colarme en su armario y tomar prestado un vestido rosa que me estaba un poco grande, la verdad yo tengo mucho mejor cuerpo que ella. Siempre han dicho que nos parecemos mucho y yo procuro imitarla en el peinado y otros aspectos aunque soy mucho más joven.
El encuentro fue un éxito, en el bar había mucho ambiente, sonaba una música deliciosa de TQA , Eufrasio no notó el cambiazo. Es un hombre encantador aunque, utilizando un rápido ardid, me quitó el sitio y me dejó de espaldas a la puerta, arriesgando mi vida al ataque de cualquier fantasma con un cuchillo que hubiera entrado de improviso, la próxima vez estaré más espabilada. Vi una cara conocida en una mesa cercana, la de una mujer joven que escribía muy concentrada aunque yo creo que no nos quitaba ojo. Fingí no darme cuenta, no tengo muchas ocasiones de hablar con un hombre a solas. Ahora he tenido que desaparecer una temporada, guardadme el secreto, temo las represalias de Lu.
Ja ja ja, qué divertido y que bien te suplantó la puñetera, esperemos que no se entere Eufrasio.
ResponderEliminarEstá chulo, aparecen los personajes de los relatos anteriores. ¡Muy bien!
ResponderEliminarLucrecia está genial, me encantó y te quedas con la miel en los labios, ¿ que pasó entre Eufrasio y la falsa Lucrecia? Magistral.
ResponderEliminarHey!! yo también quiero más!! Me ha divertido mucho.
ResponderEliminarLeeoocaadiiaaaaa, ¿eerees tuuuuu?.
ResponderEliminarBueen reelaatoooo Luuuu.
Es un buen ejercicio que se podría proponer para una próxima entrega.
ResponderEliminarLeocadia, tienes toda la razón. Cuenta con mi solidaridad. No es posible que Lucrecia te trate de ese modo: que si riega las plantas... Pero tampoco se lo tomes en cuenta, ¿vale?. Ah, y no le digas nada de lo que te he dicho, por favor. Genial!!!
ResponderEliminar¡Me encanta! Estupendo, me gusta la frase de que el vestido le quedaba grande porque ella tiene mejor cuerpo...
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