- ...Me dijiste que me querías y hasta te di un beso largo, tan largo que el gallo cantó y después amaneció y todo. Te devolví el "te quiero" y te regalé un "mi vida". Tu hundiste tu lengua en mi boca, me ofreciste los pechos y te entregaste de una manera que hacía tiempo que yo no veía en una mujer. Gemías de placer mientras repetías que no dejara de acariciarte el torso, los brazos, el vientre, y me suplicabas que no acabara nunca ese momento. Me tomaste las manos y las apartaste de tus senos para que asiera tus nalgas con fuerza, te apoyaste con fuerza sobre mi pecho y alcanzamos el clímax a la vez.
- Usted es un guarro, caballero. Yo no le conozco de nada... Me está molestando.
- Mira, nena... Si estás jugando conmigo te estás pasando...
- Le repito a usted que no le conozco de nada... si es tan amable de desaparecer de mi vista... voy a llamar al camarero, ¿sabe?...
- Hola, qué pasa aquí... ¡Ay va, Félix! No esperaba encontrarte esta noche por aquí... Veo que ya conoces a mi hermana Precaución.
- ¿Gemelas? ...no me dijiste que tuvieras una hermana gemela...
- Bueno, no recuerdo tampoco que tú me hablaras anoche de tu familia...
Bien podría ser una escena de Groucho Marx.Me ha gustado mucho la hermana "Precaución".Es de agradecer el humor.Es divertido.
ResponderEliminarUna noche loca y casi con doblete, vaya con el tal Félix.
ResponderEliminarJe,je...Buen equívoco.
ResponderEliminarQue bueno, menuda cara le quedaría Félix
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