“Se querían de amor entre la madrugada,
entre las duras piedras cerradas de la noche”
entre las duras piedras cerradas de la noche”
Vicente Aleixandre, La destrucción o el amor.
Querida Julia, si esta nota llega a tus manos es que ya todo está definitivamente perdido. Ramón, uno de los pocos hombres fieles que quedan dentro del partido, tiene orden de entregártela si me ocurre algo. Estos últimos días he tratado de conseguir por todos los medios una forma segura de salir de aquí. Madrid es ahora una ciudad gris, cercenada por esta guerra. Han registrado dos veces mi piso; ese piso donde pasamos el mejor verano de nuestras vidas. ¿Dónde quedará ahora todo eso? Rafael, María Teresa, León,... todos se han ido. Llegan noticias de que Miguel ha intentado cruzar la frontera y lo han detenido. Vicente ha decidido quedarse. Dice que en sus libros estos patanes fascistas no conseguirán encontrar ni rastro de su repulsión por ellos. Espero que tenga razón. Julia, mi amor, ahora estarás en el café del puerto, leyendo estas apresuradas líneas. Siento todo el daño que te he podido causar. Intenta reconstruir tu vida. La mía ya está perdida. Te quiere, J.A.
ADVERTENCIA: He usado la foto como tema, no como describir "ese" café en concreto. Pues eso...
ResponderEliminarQué bajón me ha dado. Los patanes fascistas si que verían algo en tu relato que te llevaría derechito al cadalso. Muy bien Marco.
ResponderEliminarPerdona que disienta, el tema es el exilio republicano, la guerra civil, la separación, el café es un elemento accesorio, marginal. Vicente se quedó, Antonio cruzó la frontera y murió, pero Miguel...murió en la cárcel alicantina. Me ha gustado mucho tu excusa para leer un relato precioso. Da igual los temas. Me encanta que a partir de unos versos te montes una historia, lo deberíamos proponer más a menudo. También, las metáforas usadas. Con el verbo detener es lo el pronombre que has de usar, no le, pero este último comentario es como siempre fruto de mi maldita deformación profesional, que me hace ver los errores ortográficos de una manera tal que me aburro de mí misma.
ResponderEliminarMalén, tienes razón, el tema del relato es todo lo que tú has dicho. Lo que yo quería decir, y seguramente no he sabido, es que no traté de describir en ningún momento el café en concreto de la fotografía (no me imagino uno así en la época del relato, jajaja). Arreglado lo del LO, y agradecido por la observación, como siempre. Cierto es que el tema me tira mucho (siempre lo hizo) y a veces no puedo evitar el aprovechar cualquier mínima oportunidad para tratar de describir aquella época tan dolorosa. En fin... Fernando, Malén, muchas gracias por vuestros comentarios. Abrazos!!!
ResponderEliminarMuy bien Marco, me han encantado las metáforas que has utilizado y sobremanera la forma en que has relacionado el café con los acontecimientos. Enhorabuena.
ResponderEliminarSin desperdicio y tan bien descrito que por un momento creí estar al lado de Julia leyendo la carta y contemplando el madrid de aquella época. felicidades Marco.
ResponderEliminarLo he vuelto a leer invadido por una nostalgia dolorosa del Madrid de mi abuela y he de decirte, que la voz en off del narrador al final del relato, es de una maestría que conmueve.
ResponderEliminarMarco, creo que es el relato de todos los que he leido hasta ahora, y sin menospreciar ninguno, que más me ha emocionado. Tal vez por el tema que has tocado y porque creo que es muy bueno que se recuerde siempre nuestra historia por si acaso somos tan idiotas de volver a enfrentarnos los unos a los otros. Gracias por esta maravilla!!!!
ResponderEliminarQue tristeza vivir aquel momento y lo cierto es que no hay ningún ganador. Genial Marco
ResponderEliminarContigo el nivel de VE sube, sube, sube... ¡Felicidades!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Lu, el relato me ha parecido buenísimo en cuanto al tema,muy bien escrito y la referencia a Vicente Aleixandre del principio genial. Que no describas el café es lo de menos,lo importante es la historia.
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