Todos se mostraban orgullosos: mis padres, los abuelos, mis amigos…, me calificaban, sin ambages de triunfador. Para ellos mi nombramiento de director en el hospital unido a mi consulta privada en pleno centro de Madrid, era lo máximo.
Yo, sin embargo, llevaba tiempo sintiendo que ese no era mi sitio.
Les di la noticia y me miraron como si fuera un bicho raro, sentía cómo si entre sus manos sujetaran una lupa gigante y yo estuviera bajo ella.
-¿Cómo dices que se llama ese sitio?
-Bakool, mamá. Se llama Bakool.
-¡Menuda quijotada!, añadió –colérico- papá. ¿Para eso te hemos pagado la carrera en la mejor universidad de Europa?, para que te vayas por el mundo de quijote persiguiendo quimeras…
Partía en dos días hacia África, sus opiniones no iban a hacerme cambiar de idea.
Dentro de mí bullía una sensación nueva: ilusión y urgencia por empezar a trabajar con mis colegas de médicos sin fronteras.
Con el comentario de papá martilleando en mi mente, concluí que tanto mis compañeros como yo éramos en todo caso anti-quijotes que percibíamos una realidad que los demás, parecían no ver.
Muy apropiado, Yolanda, sobre todo después de los últimos acontecimientos acaecidos con los cooperantes españoles. Enhorabuena por tu acostumbrada calidad narrativa. Supongo que Bakul es un lugar imaginario. Yo me hubiera mojado... pero es tu relato, no el mío ¿no?
ResponderEliminarNo obstante yo hubiera eliminado "tal cual era" y la última coma del último párrafo. No me hagas caso, que yo sé sólo por intuición.
Sí, la realidad gusta de ocultarse y cada uno ve lo que quiere, la mayoría de las veces no más allá de nuestro propio ombligo. Muy bueno, Yolanda.
ResponderEliminarBakool es una región de Somalia (lo había escrito mal -Bakul-, ya lo he corregido). Lo de las comas Eufrasio es para mí un gran problema, no te das idea la de vueltas que le dí a las del último párrafo, para al fin colocarlas mal, me gustaría que me aydararis a corregirlo. Gracias.
ResponderEliminarBuscar quimeras quijotescas haría que el mundo fuera más verdadero. Muy bonito
ResponderEliminarLas comas para mí también son un problema. Yo, con o sin ellas lo he encontrado bien escrito, actual, como dice Eufrasio. Me ha gustado.
ResponderEliminarYolanda, me alegro por el médico, a veces no es fácil contradecir a los padres. Felicidades amiga.
ResponderEliminarQuijote luchaba contra quimeras, los médicos sin fronteras son auténticas y accesibles quimeras. Me gusta Yolanda.
ResponderEliminarHablas de molinos, pero sobre todo hablas de GIGANTES. Muy bueno Yolanda.
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