sábado, 29 de octubre de 2011

LA MERIENDA


LA HORA DE LA MERIENDA

Me llamo Alicia y tengo ocho años. Estoy contenta porque son las cinco de la tarde, hora de salir del cole. Mi madre viene todos los días a recogerme. Me espera en la puerta y me trae la merienda porque no me gusta la que dan aquí. Nada más verla corro para darle un beso mientras agarro el bocadillo que ha preparado para mí. Mmmm, pan recién hecho con chocolate, ella sabe que eso es lo que más me gusta. Adoro a mamá.
Volvemos a casa caminando despacio. Entre bocado y bocado, nos gusta mirar los escaparates de las tiendas que nos vamos encontrando. La papelería, es mi preferida, siempre me paro para ver  las cajas de lápices de colores. Quiero pedir una bien grande a los Reyes Magos.  De la pastelería, lo que más nos gusta es el olor de los croisannes de mantequilla. También nos paramos en la tienda de ropa donde mamá, a veces,  se compra algo. Cuando llegamos a casa, se lo prueba y se lo enseña a mi papá,  que siempre le dice que está muy guapa. Yo también se lo digo y mi hermano, que es más mayor, la mira con los ojos muy abiertos. 
Ahora vamos a cruzar un paso de peatones. Mamá me coge de la mano, aunque yo le digo que ya soy mayor. Miramos las dos hacia  la derecha y vemos un coche que se acerca muy rápido. Mi mamá grita muy fuerte. De repente, se ha hecho de noche. 
Mamá está a mi lado dormida en una cama que no tiene colchón. La habitación es muy rara.  Mi cama tampoco tiene colchón, es muy dura y hace frío. Solo estamos tapadas con una sábana. ¡Mamá, mamá, despierta! Vuelve  la cabeza hacia mí —¿Qué quieres hija?— Le pregunto que dónde estamos. Ella también parece confundida. Al otro lado de la puerta oigo a mi papá y a mi hermano ¡Están llorando! No sé qué está pasando, empiezo a sentirme mareada y noto como si mi cuerpo no pesara nada. Miro a mamá, está muy triste.  Escucho la voz de un hombre. Dice que todo fue demasiado rápido, que la velocidad que llevaba aquel coche era suficiente para matarnos en el acto y que no sufrimos nada.
 Estoy flotando en la habitación.  Mamá  me lleva de la mano, porque ella también flota.

8 comentarios:

  1. Amparo, qué relato tan preciso, tan triste, pero tan inocente, gracias a la suave descripción de la pobrecita Alicia. Felicidades compi.

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  2. Es triste y bello a la vez. Muy bien escrito en el lenguaje de una niña.

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  3. Enhorabuena!! Es un relato muy tierno.

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  4. Gracias guapas, siempre animándome, un beso a todas.

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  5. Muy triste y la parte final muy bien construida.

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  6. Muy bello y enternecedor. Si ya te decía yo que te pusieras a escribir, estás descubriendo un filón de oro. Sigue que vas muy bien.

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  7. Qué difícil escribir como habla una niña de ocho años.

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  8. Un relato escalofriantemente bello. Me recuerda a los relatos de Raymond Carver, donde el cotidiano vivir siempre se ve sacudido de forma brusca por algún tipo de percance. Enhorabuena Amparo!!!

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