domingo, 16 de octubre de 2011

Un visitante inesperado


Me enamoré perdidamente de todas en cuanto las vi. No me lo pensé dos veces, quería pasar el resto de mis días en la isla, junto a ellas y respirar el mismo aire. Me desvestí, me coloqué una túnica que encontré tirada junto al jardín,  cogí mi iPad 2 en mi mano derecha,  en lugar bien visible, cercano al corazón y me situé el último en la fila, anhelando convertirme en  inmortal.

7 comentarios:

  1. Precioso, cortito pero muy bonito, yo no soy capaz de contar algo así con pocas palabras.Creo que me enrollo demasiado.

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  2. Muy de acuerdo con Amparo y sí, hay que practicar el arte de la concisión.

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  3. Como microrrelato me parece perfecto. En pocas palabras dices un sin fin de cosas

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  4. De acuerdo con los anteriores comentarios. Enhorabuena.

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  5. Breve y bueno.No hace falta decir más.Y se entiende todo.

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