- Hebe, quiero volver a ser joven y bella y esbelta y… humana.
- Que yo sepa, Atenea, tu nunca has sido humana.
- Pues quiero serlo, estoy harta de ser una columna en forma de diosa en el templo erigido en mi nombre. Es una crueldad propia de Zeus. ¡Maldito Prometeo por darles el fuego, malditos humanos!
- Debes aceptar lo que te ha sido dado.
- No me vengas con moralinas, tú eres la diosa de la juventud, hija de Hera y de Zeus, hermana de Hefestos y de Ares, con semejante abolengo, no me digas que no conoces una fórmula para que pueda ser humana.
- ¿Hace falta que te recuerde que eres la diosa de la sabiduría? Esa fórmula, si existiera, deberías conocerla tú.
- Tu padre me la ha ocultado siempre, pero Dionisio me ha dicho que tú la sabes.
- ¿Vas a creer a ese borracho?
- Hebe, estoy desesperada, hazlo por nuestra amistad, me lo debes.
- ¿Qué yo te lo debo?
- Veo que ya no recuerdas quién te presentó a Quirón.
- Es cierto, tu me presentaste a mi amado y atlético Quirón en una de las fiestas de Hermes. Está bien, pero la fórmula no se ha probado nunca, si Zeus se entera, ya conoces su furia, el castigo de Prometeo sería una nimiedad en comparación con lo que podría hacernos.
- Si funciona, jamás lo sabrá, cruzaré la laguna Estigia y me refugiaré en el inframundo durante un tiempo si fuera necesario, Hades me debe unos cuantos favores.
- Está bien, escucha, según el oráculo de Delfos, la fórmula la tienes que pronunciar en el comienzo de la tercera hora de la primera luna llena.
- Pero, eso es el último día del solsticio de invierno, exactamente dentro de dos días, no podemos perder más el tiempo.
- Si es lo que realmente deseas, aquí tienes tu fórmula: ΑΝΑΓΝΩΣΤΙΚΟΝ ΤΗΣ ΑΡΧΑΙΑΣ ΕΛΛΗΝΙΚΗΣ ΓΛΩΣΣΗΣ
El día señalado, a la hora señalada, con una luna llena y blanca que no cabía en el cielo, Atenea pronunció aquella frase mágica.
El flash de la cámara nikon de una turista japonesa, la bajó del Olimpo.
Ehhhhhh??????? Me he quedado de piedra...
ResponderEliminarGeniiiiiaaaaallll, desde luego las musas han cumplido su cometido, vaya si te han inspirado!
ResponderEliminarEnhorabuena, magnifico, menudo finaaaaal, me pasa como a Wis, de piedra me he quedado
ResponderEliminarTodas, todas como las musas, de mármol.
ResponderEliminarDe carrara, hay que ver como os inspirán las musas...
ResponderEliminarEstaba echándome una siestecita en el sillón y el relato llegó en forma de sueño, me pasa a menudo, las musas son tímidas y me visitan mientras duermo. Hoy he tenido suerte, a veces vienen a horas intempestivas.
ResponderEliminarNo puedo contigo!!!! Aquí una inténtando que le llegue un poquito de inspiración, cosa que parece que las musas no me regalan... y vas tú y como si nada me regalas esta maravilla!!!
ResponderEliminarPero serás!!!!!
Ok, Fernando, la próxima vez ya no dudaré a la hora de escribir un cuento con muchos diálogos.Gracias por el cuento,es divertido, ingenioso y con final feliz.
ResponderEliminarBueno Amparo, lo de final feliz... según se mire, la pobre Atenea sigue siendo de marmol.
ResponderEliminarEs cierto, final feliz...Atenea nunca tuvo amores.Nació armada de pies a cabeza.Y sigue de mármol.Yo quiero pensar, que en esa realidad que no podemos ver con nuestros rudimentarios ojos,allí está ella.Sabia y justa.Y dichosa.
ResponderEliminarMe gusta Atenea.
Ha sido muy bonito recordarla Fernando.Gracias