lunes, 31 de octubre de 2011

AQUEL PAN

              Y mi madre encendió la luz. Sobre la mesa de la cocina descansaba una barra de pan. No era grande y nunca lo fue. Y mi madre había llorado la noche anterior. Mis hermanos y yo pudimos oír cómo discutía con mi padre. Frases inconexas se filtraban a través del muro que nos separaba: “ya no puedo más” ,“tengo que luchar”, “están aquí al lado” ,“todos se han alistado”, “me voy por ellos”. Y mi madre lloraba y mi padre hablaba. Por la mañana mi padre ya no estaba, y mi madre encendió la luz. Sobre la mesa de la cocina descansaba una barra de pan. No era grande y nunca lo fue. Con un cuchillo mi madre fue cortando la barra de pan en pequeños trozos y los fue repartiendo:

Uno para ti
                                                                                    Otro para ti
Uno para ti      
                                                                                    Otro para ti
Uno para ti
                                                                                    Y otro para ti.


            Y mi madre apagó la luz. Y aquel pan, cautivo y desarmado, fue nuestro desayuno durante muchos años.

4 comentarios:

  1. Evocando la Guerra Civil.... Era así, y gracias que la familia de tu relato todavía tenía pan para comer.

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  2. Qué bonito, me ha encantado, Marcos, pero pon comas entre las frases entrecomilladas. El final es tremando!!

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  3. Muy bueno, Marcos, terribles tiempos.

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