Diciembre
Estoy en el mismo bar de cada sábado noche, ese que se ha convertido en mi segunda casa durante los últimos dos años. Mientras le pido a Cristina, la dueña, uno de sus mojitos, suena “Divina” de Radio Futura y salgo a bailar como un rayo. Es mi canción favorita desde siempre y Caco, el pincha, lo sabe y no hay noche en la que no me la ponga al menos una vez. Así que ahí estoy yo, tatareando y bailando alrededor de las pequeñas mesas que me rodean. Me tocan el hombro y al girarme estás sonriendo frente a mi. Mi amiga Mar se acerca y vuelve a presentarnos:
- Ana, Carlos. Carlos, Ana.
Sigues sonriendo y no dejas de mirarme. Me tiemblan las manos y las frases que logro decir no tienen mucho sentido. No dejo de repetirme una y otra vez que no se me note que pienso que esa camisa naranja te sienta de miedo o que tienes una sonrisa increíble porque si no estoy totalmente perdida.
He perdido. Amanece y duermes a mi lado. Tan sólo me has besado y ni siquiera has intentado quitarme este horrible pijama, sin embargo hemos pasado la noche desnudándonos con las palabras y ahora sabes cosas de mi que jamás había contado a nadie. Es extraño porque aunque sepa que debo ir más lenta, algo me dice que a tu lado estoy segura.
Enero
Tan sólo han pasado seis semanas desde que te conocí y ya no soy yo sin ti. Nos pasamos los días juntos y mi bar ahora es el nuestro. Me repites que estás loco por mi, que soy la mujer de tu vida y que jamás has sentido nada parecido. Lo curioso es que te creo y que no puedo controlar estos escalofríos tan raros que me dan al escucharte.
Sin ser consciente he dejado escapar entre susurros un primer te quiero y justo en ese instante me he dado cuenta de que me había equivocado. Está claro que esto va muy en serio porque por primera vez he sentido un miedo infinito al imaginar que todo pueda ser diferente.
Marzo
No sé que está pasando pero algo empieza a fallar. Te lo noto en tus gestos, en tus palabras, en tu forma de mirarme… Hasta es posible que yo también lo sienta pero me cuesta demasiado reconocerlo y aunque deba, no puedo asimilarlo. Aún no.
Mi cabeza y la gente que me quiere me aconsejan que desaparezca. Dicen que una retirada a tiempo es una posible victoria. Por como los ignoro sé que estoy completamente enamorada de ti y que mi corazón, que es el que manda ahora, no quiere hacerles caso.
Abril
Han pasado varias semanas y como al principio vuelves a estar frente a mi en el mismo lugar donde nos conocimos. Esta vez no hay música de fondo o yo no quiero escucharla, tampoco llevas puesta esa camisa naranja que tanto me gusta ni me miras como lo hacías aquella noche.
Te conozco, no sabes cómo empezar. Tras dos mojitos en silencio consigues decir que tal vez sólo sea que necesitas estar un tiempo a solas y que no me quieres perder para siempre. Por primera vez en estos meses sé que me estás mintiendo. Me vuelven a temblar las manos y sigo pensando que tienes la sonrisa más increíble que he visto nunca (seré imbécil). Hasta te he llegado a decir que me parece bien y que te tomes el tiempo que necesites. Aún me pregunto cómo fui capaz de decirte algo tan estúpido.
Mayo
Cumplí veintiséis años unos días después de que nuestra historia terminara. Desde entonces no he vuelto a pisar ese bar y estoy actuando sin saber muy bien qué tipo de papel represento. Aquellos que mejor me conocen saben que estoy agotada de fingir que todo va bien pero no me dicen nada. Intento mantenerme muy ocupada y así no tener mucho tiempo para pensar en ti. Las noches se me hacen muy largas y es imposible separarlas de tu sonrisa.
Julio
Estoy realmente cansada. Sabia que necesitaba llorar pero no que se podía llorar tanto. Sigo sintiendo frío cuando todos los de alrededor tienen calor. Aún no he logrado alejarte de mi lado y no es justo porque tengo la sensación de que me estoy arrastrando todo el tiempo y de no saber qué puedo hacer para salir de este estado.
Septiembre
Voy abriendo los ojos o al menos eso creo. Está claro que no vas a volver. Se acabó y no puedo creer que sea capaz de decírmelo a mi misma en voz alta. Ya no seré la mujer de tu vida nunca más, ni me dirás que te vuelvo loco a todas horas. Ya no me escribirás más notas de amor en las servilletas arrugadas de nuestro bar, ni me enviaras telegramas para despertarme los lunes. Ya no me quieres. Por fin lo he aceptado. Estoy sola sí. Ahora sólo soy una mujer más que intenta recomponer sus cachitos.
Diciembre
Hoy he podido pedirme un mojito para despedir este viejo año y en silencio tatarareo “Divina” en mi bar favorito. De nuevo, tan sólo el mío.
Un instante para enamorarse, unos meses para quererse, y otros tanto para intentar olvidar. Bravo Lara, tu relato me encanto.
ResponderEliminarComo bien dijo el poeta "es tan corto el amor y tan largo el olvido"... Tu relato deja buena constancia de ello.
ResponderEliminarLara, me ha encantado. Hace unos años escribí un relato de temática muy parecida a la tuya. Me gusta la importancia que le das a la canción de Radio Futura. Creo que todos tenemos una canción que nos ha acompañado en momentos buenos y malos de nuestras vidas, como una vieja amiga que siempre está a nuestro lado pero diciéndonos cosas diferentes.
ResponderEliminarSupongo artista, que la ausencia de comas la has hecho a drede, son sentimientos atropellados, palabras atropelladas, sin barreras, sin comas. Parece un ejercicio narrativo, lo que pedía este relato era vomitar el dolor de las palabras y eso es lo que has hecho, valiente.
ResponderEliminarHay historias de amor que tienen un inicio y un fin y las cosas que ocurren buenas "el fin" es muy doloroso. Muy bueno Lara
ResponderEliminarTú lo has dicho, Fernando. La prota de mi historia necesita soltar todo lo que lleva dentro y, aunque él nunca leerá este relato, en su impaciencia por soltar todo ese dolor no hay lugar para pausas ni comas. Tan sólo está deseándo llegar a ese punto y final!!!
ResponderEliminarGracias compis
Tan real como la vida misma...
ResponderEliminarUna historia interesante Lara y bien narrada. Solo he visto un "habían" al que le sobra la "n".
ResponderEliminarTal y como la has contado me ha resultado tan real...Quién no ha tenido en su vida algún episodió como este? Yo uno seguro...y "refinitivo", que es como definitivo pero dos veces.
ResponderEliminarAmparo, me ha encantado lo de "refinitivo" que es como definitivo pero dos veces!!! Me lo quedo para siempre, se viene conmigo que lo sepas!!!! Muaaaa
ResponderEliminar