El padre de Sonia, enfermó y
falleció en tan sólo un mes. Su familia no se lo esperaba, pero los médicos les
dijeron que había sido mejor así.
Al sepelio acudió mucha gente, pues
fue un hombre muy querido y, eso, si cabe, contribuyó a que fuera aún más
triste. Sonia estaba aturdida ante tanta gente que la besaba y abrazaba, que
lloraba con ella y que le decían lo bueno que había sido en vida y que jamás
iban a olvidarlo.
Después de tres largas horas en el cementerio, Sonia
regresó a su casa cansada y abatida. Había tenido que abandonar su trabajo para
estar al lado de su madre, en el hospital, al cuidado de su padre; un mes sin apenas pisar su casa, sólo acudía para descansar, tomar una ducha caliente y volver otra vez a la
triste rutina. Se dejó caer, sin fuerzas, en el sofá. Miró a su alrededor y,
los objetos antaño familiares, le parecían extraños, como si ése no fuera su
hogar.
Para volver a la realidad,
descolgó el teléfono. Suponía que el contestador estaría repleto de mensajes;
al otro lado se oía la robótica voz que le iba anunciando el número del mensaje,
la fecha y la hora. Fue escuchándolos, uno por uno, sin prestarles demasiada
atención hasta que la voz de unos de ellos, hizo que saltara del asiento a la
vez que un amargo puñal se clavaba en su corazón: “Sonia, hija, llámanos cuando
vuelvas del viaje que tu madre y yo estamos padeciendo por ti”.*
*Basada en un hecho real.
Una triste historia, más aún estando basada en un caso real; por desgracia he pasado por situación similar y eres muy fiel a los sentimientos del personaje.
ResponderEliminarEl final...muy bueno,imagino el terrible impacto emocional al escuchar la grabación de una voz querida que se sabe ya extinguida.
Cierto, Manuel, como si de un puñal se tratara. Gracias
EliminarAmparo, me ha impactado al leerlo como si me ocurriera a mí misma.
ResponderEliminarGracias, Wis.
EliminarCierto, Amparo, es impresionante. Un abrazo.
ResponderEliminarSe me han puesto los pelos como escarpias...
ResponderEliminarAmparo, una historia triste que has plasmado con gran naturalidad, con un final bien amargo. Saludos.
ResponderEliminarMuy bueno Amparo!!! Pero he sentido un escalofrio al leer el final... Un besico
ResponderEliminarAmparo, creo que has descrito una situación más frecuente de lo que imaginamos... Yo viví algo similar y me gustó oír la voz de esa persona. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarGracias a todas y besos.
ResponderEliminarA veces la realidad supera a la ficción, muy triste y el final impactante. Muy bien contado Amparo.
ResponderEliminarGracias, Fina.
EliminarMuy bien narrado tu relato, coincido con los demás en que es muy real y triste!!
ResponderEliminarGracias, Malén.
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