Durante la comida, viendo las noticias, pude comprobar que no te inmutabas al oír al presidente de la nación prometer diálogo tanto con los sindicatos como con la oposición. También me pareció que permanecías impasible al escuchar al concejal de turno decir que el autobús, en contra de lo que se pensaba, no costaba más o que tener un aeropuerto, se usase o no, era una excelente idea. Incluso, antes de sentarnos a la mesa, me comentaste que el seguro no nos pagaría los destrozos en el tejado alegando que el viento, ése que los periodistas no habían dudado en calificar de huracán, había sido en realidad bien poca cosa.
Todo aquello me hizo pensar que era un buen momento; por eso y porque he de cumplir por contrato con una cuota mínima, a los postres, dije que te quería.
Karla Grimm
Momentos difíciles en una historia qué se asemeja a la realidad. Suerte Karla
ResponderEliminarLa actualidad se cuela de forma original en este relato. Suerte.
ResponderEliminarComo la vida mismaaaaaa... Muy bueno. Me ha gustado.
ResponderEliminarMuy actual. Me ha gustado el final...como quien no quiere la cosa...¡Suerte!
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