Siempre le veía llegar a la misma
hora. Me gustaba esa fiel puntualidad caminando sobre pasos
suaves. Adoraba su mirada dulce cuando
descansaba las pupilas sobre los cuadros y las estatuas, las figuras de bronce
y los torsos de blanco marfil. Sus dedos
resbalaban con sutileza sobre los hombros de las figuras femeninas; las
acariciaba.
De vez en cuando, me lanzaba una
mirada cómplice. Yo le dejaba hacer. Imaginaba sus manos transitando sobre mi
cuerpo. Sentía el calor de su piel contra la mía. Embutida en mi traje oscuro
de funcionaria, esperaba anhelante que terminara su recorrido por la
sala para leer en sus labios: “Gracias, señorita. Ha sido un placer”. Por respuesta sólo podía ofrecerle la luz
esperanzada de mis ojos y una sonrisa que codiciaba su retorno.
Muy bueno, Amparo, excepto lo de "simple funcionaria", un respeto, jajajaj.
ResponderEliminarAdemás era una funcionaria de formas casi perfectas embutida en un traje de chaqueta azul oscuro que realzaba su espléndida figura. Y seguro, seguro que se lo liga, a no ser que sea uno de los tres estatuófilos que vieron los vigilantes, que todo puede ser...
Eso te lo imaginas tú. En ningín momento he expresado que ella fuera hermosa. Si vestía "embutida" en un oscuro traje...podía parecer una morcilla.
EliminarAdemás, puede que no lo haya dejado muy claro, pero ella solo podía "leer" en sus labios porque era muda. Esto no quiere decir que no pudiera ligárselo, pero, siendo realistas, lo pone más difícil (lo de ligar, se entiende).
Quito lo de simple.
Muy buena aclaración, se me había pasado la mudez. Yo lo decía en broma.
EliminarYa sé que lo decías en broma, pero temía que no hubiese quedado claro lo de la sordomudez.
EliminarMuy bonito, Amparo. Hay que ver, qué amorosas estamos!! :)
ResponderEliminarCaray con la funcionaria y su imaginación.
ResponderEliminarMe ha gustado especialmente la sonrisa codiciosa que deja flotando la imaginación.
Esta imagen nos ha sugerido a todo el mundo historias muy parecidas... Me gusta.
ResponderEliminarMe gusta tu punto de vista, el de la funcionaria que tal vez quisiera convertirse en estatua para ser acariciada. Muy original!!
ResponderEliminarGracias a todas.
ResponderEliminarMe encanta cómo nos has engañado cambiando el punto de vista.
ResponderEliminarGracias, Fernando.
EliminarMuy sútil esa manera de decirnos que la funcionaria es sordomuda. ¡Buen trabajo, Amparo!
ResponderEliminarGracias, Geli. Te echo de menos!!
EliminarLa pobre es como la estatua, está muy bien la historia
ResponderEliminarGracias, Wis.
ResponderEliminarIlusión de una mujer que tan solo se conforma con el retorno al lugar de trabajo del ser amado. Muy bonito Amparo
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