Sin petición previa dejó su cepillo de dientes al lado del mío. Pronto me encontré entregándole mis llaves para que hiciera una copia. Las colocó en un llavero con adornos metálicos, muy sonoros. Su tintineo diario a eso de las 15:30 h me hacía vibrar de emoción y deseo.
Sigo temblando al oírlo. La hora de su llegada es imprecisa, pero el sonido que anuncia la tragedia sigue siendo idéntico al que me elevó a la gloria.
Jo, primero bien...para acabar mal. Genial, con poquitas palabras hay qué ver lo que dices.
ResponderEliminarMuy triste Yolando, pero muy real. Lo has plamado muy bien
ResponderEliminarAGggggggggggggggggggggggg, Yolanda y sus micros, siempre increibles. Me ha encantado.
ResponderEliminar¡Gracias guapas!
ResponderEliminarGracias a ti por regalarnos historias tan bien contadas...
EliminarMe ha gustado mucho esta disección de un amor en tan pocas líneas. Felicidades, Yolanda.
ResponderEliminarGracias también a vosotras: Mer y Lucrecria.
ResponderEliminarAbrazos.
Muy concentrado, hace que nos tengamos que imaginar el resto. Excelente!!
ResponderEliminarVaya tela, todo bien, luego mal y encima me dejas con mal sabor de boca. Eso me pasa por leer tus micros tan chulos.
ResponderEliminarImagino que se trata de una mujer maltratadora, porque el llavero es de chica, sin duda.
Pues no, es una mujer maltratada, yo es que no me tomo las fotos al pie de la letra, veo un llavero y escribo sobre él, dejando a un lado los matices.
Eliminar;) un abrazo.