No
se si se habrán fijado, pero en el cuento de Caperucita Roja, que Perrault
copió de la tradición oral más antigua y más tarde los hermanos Grimm
versionaron, dándole ese toque de misterio, hay una serie de incongruencias,
que no deberían escuchar los niños y niñas a los que va dirigido.
En
primer lugar, el cuento nos dice que una pobre abuelita, una anciana, vive sola
en el bosque, empezamos mal y que la mamá de Caperucita (que debe ser su
primogénita), envía a su hija pequeña, dándole unas pobres directrices, para
que lleve comida a la abuela a través de unos parajes solitarios y cuanto menos,
inquietantes. La cosa empeora.
En
segundo lugar, Caperucita, acepta el recado suicida de su madre sin cuestionarlo,
bueno. Y se supone que debe conocer el camino a la casa de su abuela. Este dato
es importante como veremos más adelante.
En
tercer lugar, Caperucita, haciendo caso omiso de lo que mamá le ha dicho, se
entretiene cogiendo flores por el bosque. No voy a pararme a pensar qué flores
recoge una niña tan pequeña, los peligros inherentes a una vocación botánica
temprana, no son mi terreno. Genial.
En
cuarto lugar, Caperucita se encuentra con el villano del cuento, un lobo, que
además de hablar, tiene la astucia suficiente para sonsacar a la niña a dónde
va tan solita, idear un plan para engañarla y llevarlo a cabo mostrándola el
camino más largo para llegar a la casa de su abuelita. Aquí, es dónde encaja mi
suposición de que la niña ya debería conocer ese camino, puesto que en el
cuento, por todos es sabido que la madre no dibuja mapa alguno y por lo tanto, caperucita,
no debería dejarse engañar tan fácilmente. Vamos bien.
En
quinto lugar, ¿por qué el lobo no muestra a Caperucita el camino más
corto?, es un cánido cuadrúpedo y carnívoro que en su búsqueda de alimento puede
llegar a alcanzar los 60 km por hora y una niña de, pongamos 5 años, en una
hora recorrerá como mucho 3 km. Sumo y sigo.
En
sexto lugar, el lobo parlanchín, llega antes a la casa de la abuelita, imita la
voz de la nieta, engaña a la anciana y la ingiere de un solo bocado con camisón
y todo. Haré como que me lo creo.
En
séptimo lugar, llega Caperucita por el camino largo, sin perderse y sin que
caduquen los alimentos que lleva en la cestita. El lobo, que recordemos, se
había comido a la abuelita de un bocado; tiene tiempo para regurgitar el
camisón de la difunta, vestirse, meterse en la cama y haciendo gala de nuevo de
sus dotes ventrílocuas, imitando la voz de la abuela con una perfección más
propia de un licántropo, invitar a la niña para que pase. Vale. Caperucita, que
debe ser idiota, muerde el anzuelo y ahora, es cuando sucede algo que debería
acabar con los huesos de los hermanos Grimm en la cárcel: pide a la niña que se
meta con él en la cama para darle calor. Señores, como mínimo, aquí veo dos
delitos tipificados en el código penal, uno, de invitación a la zoofilia y el
otro, de intento de abuso de un menor. Teniendo en cuenta que este lobo tendrá
al menos 4 o 5 años y que al igual que los cánidos, para pasarlos a una edad
humana, cada año debe multiplicarse por 7, el pájaro, tiene 35 añazos, vamos, que ya es mayor de edad. En fin.
En
octavo lugar, todos sabemos cómo termina el cuento, con una serie de preguntas
por parte de la malhadada caperucita y respuestas del lobo con incontinencia
verbal. Un diálogo, por otro lado, en mi opinión, congruente. Son preguntas que, perfectamente, podría plantear una niña de 5 años. Las respuestas, llevan al
inevitable desenlace en el que el canis lupus, también se come a Caperucita.
Y
colorín colorado… diez años de terapia para los niños que lo escuchen y sufran por
ello de terrores nocturnos.
Vamos
a ver, si lo que se quería demostrar con éste cuento, era el contraste entre la
seguridad del poblado, terreno conocido y el peligro del bosque, o sea, de lo desconocido, en mi
modesta opinión, hay maneras más afortunadas de hacerlo.
¡¡Qué bueno, Fernando!!Te superas día a día, además me encanta cómo te mueves en este terreno cómico, irónico,...¡Enhorabuena! Nos hace falta leer relatos como éste para combatir el ambiente "gris" que nos envuelve a todos.
ResponderEliminarMe abrumas Amparo.
EliminarMuy divertido!! Menos mal que los niños no se plantean todas esas contradicciones y su imaginación no se altera en lo más mínimo.
ResponderEliminarYo me las he planteado desde siempre y así he terminado.
EliminarEres malo Fernando, pero que muy malo... Caperucita es mujer y astuta, en el fondo, el cuento solamente es excusa para encontrar al amor de su vida... Sin duda, el valiente y apuesto cazador que la salva de una muerte segura...ja,ja
ResponderEliminarMer, esa es una versión no oficial del cuento.
EliminarVaya ¡qué lujo! He disfrutado el cuento en mi infancia (perdóname no pensé en todo esto), y ahora disfruto su "desmontaje", genial Fernando y me sumo a lo comentado por Amparo.
ResponderEliminarUn abrazo de una de Villalobar (así se llama mi pueblo) y como enlaza con el tema lobezno pues aprovecho.
;)
Mis primeros lobos los escuché en León, cerca de Cofiñal.
EliminarJajaja, genial Fer. Visto desde tu punto de vista, me gustaría que le dieras un repaso a: Los tres cerditos y el lobo feroz, Los sietes cabritillos y sin comentar a Pinocho. Eso para empezar. Me ha encantao y estoy de acuerdo con las compañeras en tus dotes
ResponderEliminarTe tomo la palabra, Fina.
EliminarNo lo vuelvo a explicar en el cole!! Buenísimo, Fer!! :)
ResponderEliminarHombre Carmen, tampoco hagas caso de este pobre loco, tu cuéntalo, pero con matices.
EliminarEres increíble, jajajajja. Esto se merece un aplauso, plas, plas, plas. Es genial reír de nuevo leyendo tus escritos.
ResponderEliminarLo tuyo es el terror, lo mío la risa. Por cierto Wis, estaría genial que propusieses la foto de la máquina de escribir para la próxima semana. Nuestro relato va por esos derroteros.
EliminarJajajajaja, eres único!!! Cómo me has hecho reir por Dios!!! No dejes de escribir cosas así y de mandármelas, eh!!!
ResponderEliminarBesos muy grandes, compi
Como se nota la impronta del ¿abogado? que llevas dentro...
ResponderEliminarEl título me encanta, también.
Gracias por arrancarme una sonrisa. Tu texto ¡pura diversión!
Excelente tu forma de desmontar el cuento más famoso, creo, de la literatura infantil. Muy divertido. Felicidades por el éxito.
ResponderEliminarGracias Lu, fíjate como son las cosas, empecé a escribir el relato pensando en una precuela de Caperucita y me fue saliendo esta criatura. Te vuelvo a decir que no tengo ningún control sobre lo que escribo.
ResponderEliminarMuy divertido!! Siempre me han gustado las narraciones que "Desmontan cuentos". Me he reído mucho.
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