¿Por qué no ha venido? Él, sabe
el riesgo que corro al acudir cada luna llena al viejo molino. Debe haberle
acaecido una desgracia. Es noche cerrada y los caminos son peligrosos, mi
caballo está nervioso y Emilia, mi doncella, me ha rogado que en esta ocasión, no
viajara sola…
¿Por qué no ha venido? Él sabe
que nuestros encuentros son juramentos de sangre. Su mujer, quizá, sea ya
sabedora y le mantenga retenido. ¡Mi marido! Gonzalo, puede que esté sobre
aviso y haya ordenado un escarmiento para él y una penitencia para mí.
Tengo que encontrar una señal, la
nieve está fresca, la luna se refleja en ella vistiéndola con un manto
aterciopelado. Solamente encuentro pisadas de alimañas, no puedo cejar, tengo
que hallar una razón a este desamor. Quizá haya sido herido, abandonado en
algún recoveco del bosque y no pueda darme aviso. Debo seguir buscando, no
puedo regresar a mi lecho sin haber compartido el nuestro.
No puedo regresar sin sus besos, sin sus gemidos, sin sus caricias que me permitan sobrellevar la vida anarga de señora con un dulce infierno de amante. Ser amada sin poder amar.
¿Por qué no ha venido?
Me ha gustado mucho, Mer. ¡Esta foto nos ha hecho imaginar cosas diferentes! Qué divertido y ameno resulta leerlos. Buen trabajo!!
ResponderEliminarMuy bien, Mer, a mí también me ha gustado mucho.
ResponderEliminarSi!! Qué bueno. A mí también me ha gustado mucho!
ResponderEliminarMuchas gracias GUAPASSSSSSSSSSSSSSS
EliminarMuy bonito y misterioso!!
ResponderEliminarO sea, que una mujer con una capa roja, con un farolillo, en mitad de un bosque, una noche de invierno... te ha llevado a esa conclusión. !Cómo tenemos las cabecicas, madre!
ResponderEliminarPor otro lado, muy bueno Mercedes.
Mer, creo que el vocabulario que has usado nos conduce de cabeza a épocas pasadas. Si esa era tu intención ...¡lo has conseguido!
ResponderEliminarUna pregunta queda en el aire, dejando en ascuas a una enamorada. Muy bueno Mer
ResponderEliminar