Primero la moldeé en arcilla, una vez que el resultado fue
el que esperaba, comencé a tallarla en mármol. Lo hice, porque quería consolar
a los corazones solitarios, quería darles esperanzas, infundirles valor. La
“bella que mira”, nació de mis manos para prestar un incondicional servicio a
los inútiles en las artes amatorias, una mujer bella e inofensiva, que escuche
lo que los absurdos tengan que decir y les mire enamorada, como si para ella,
no hubiera nadie más interesante en este mundo demente.
Todo salió mal, la talla no, la talla salió perfecta, pero,
hasta tenerla acabada frente a mí, no me di cuenta de lo mucho que la
necesitaba. No supe ver, no quise ver, quizá por ego, quizá por locura, que yo
era uno más de aquellos inútiles. Mi trabajo solitario, acortó mi capacidad
oratoria hasta prácticamente extinguirla y sólo con ella, mi verbo volvió a
fluir. Pasamos largas noches hablando, bueno, hablaba yo, ella se dedicaba a
mirarme y a comprenderme con infinita paciencia. Dejé de hacer mi trabajo, dejé
de tratar con las personas, me convertí en un amante celoso, con una feroz
dependencia de mi propia e inánime creación.
Me encontraron inconsciente en el suelo. Cuando desperté, me
hallaba en este lugar en el que ahora vivo, de paredes blancas y pasillos limpios
llenos de gente sin alma, de locos de atar con la mirada fija en un mundo
inexistente. He leído que “Bella” descansa en un museo. Yo no estoy loco, al
menos, no como ellos piensan, pero, si consigo que así lo crean, tal vez un día
pueda escapar y volver a su lado.
Muy bueno, Fernando, me gusta el nombre que le has puesto, "La bella que mira".
ResponderEliminarMe rondaba en la cabeza, por que normalmente, las bellas no nos miran a los feos y por eso mi escultor hace a una bella que mira a todo el mundo.
ResponderEliminarMe ha encantado la historia, Fernando y muy bien contada. La lectura es muy fluída, encadenas muy bien las frases. Enhorabuena.
ResponderEliminarMuy bueno el secuestro, jajajaja. De verdad crees que las bellas no miran a los feos? Te sorprendería saber qué es lo que mira una mujer inteligente cuando se fija en un hombre...
ResponderEliminarLa verdad es que los hombres en estas cuestiones estamos en la
ResponderEliminarinopia, no nos damos cuenta de cuando una mujer nos mira, porque estamos preocupados en lo que andamos mirando nosotros.
Claro, miráis lo mismo que mira el gacho de la foto, jajajajaja
EliminarMe ha gustado el tema del artista enamorado de su obra, Pigmalión en la mitología. Corregiría un par de detalles: "no hubiera nadie..." y el verbo se me ha escapado. Muy bien, tu loco de amor.
ResponderEliminarGracias Malén, ¿no crees que si pusiera "nadie", estaría incurriendo en una doble negación?, al principio lo puse y me sonó raro.
EliminarFer, una bella historia de amor que lleva al protagonista a la locura. Me gusta el buen ritmo con que se lee.
ResponderEliminarGenial Fernando, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarAbrazo virtual.
Muy chulo el relato. Peligrosa la idea de poseer a toda costa...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho ¿Qué no haríamos por amor?
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