Llevaba tras aquellas huellas desde que comenzaron los asesinatos. Las había estado siguiendo durante días, con los nervios a flor de piel y una ligera sospecha dibujada en su mente .
Se agachó sobre la nieve
y observó el camino. La luz del farolillo iluminaba las sombras
que acechaban a su espalda, pero se levantó haciendo caso omiso de
ellas y se ciñó la capa. Aquel frío invernal le hacía tiritar. No había tenido tiempo de abrigarse, el
grito se había escuchado desde el bosque maldito y había tenido que
salir vestida con la ropa de cama.
Un sonido frente a ella le hizo reaccionar. Se adentró en la
espesura del bosque intentando olvidar sus temores. Pero sus ojos se
empañaron cuando lo tuvo frente a ella. Lo había estado sospechando desde el
primer día, la duda era "¿Desde cuándo?". Le sonrió desde el pequeño
claro y ella se acercó con la sangre latiéndole en las sienes. Él tomó sus
manos y le dedicó su mejor sonrisa. Aquella sonrisa con la que
conquistó su corazón y su alma. Los colmillos afilados asomaron por las
comisuras de su boca. Le apartó el cabello y acercó los labios a su
cuello. Ella rozó con la punta de la estaca su espalda. El abrazo duró un segundo, hasta que la nieve se tiñó de rojas lágrimas de sangre.
Muy bueno, Amparo. Me ha gustado mucho, sigue así.
ResponderEliminarSí, a mí también me ha gustado mucho. Felicidades.
ResponderEliminarMe gusta, me gusta!!
ResponderEliminarMuy valiente tu protagonista... Sagaz y astuta. Me gusta.
ResponderEliminarMuy chulo, con un final inesperado!!
ResponderEliminarUna de vampiros. Me ha gustado mucho
ResponderEliminarUna mezcla de narrativa detectivesca con el mito de Drácula. ¡Buena idea!
ResponderEliminarMe gusta el ritmo a cámara lenta que le has dado a la escena.
ResponderEliminarGracias a todos! El halo misterioso de la imagen me pedía un poco de vampirismo, y vuestros comentarios animan muchísimo.
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