Las nubes de formas caprichosas pasan veloces, empujadas por el viento. Es tiempo de tormentas.
-Mamá, mira esa nube tan bonita, es una familia de cachorros.
-Sí, hijo, sí.
-Y por allí va la Reina de los mares, la del cuento. ¿La ves?
-Claro que sí, cariño. La veo con su largo traje blanco de espuma de algodón, es muy bella.
-¿Y por qué no nos montamos en aquel barco tan grande que llega y nos vamos a buscar a papá? Ya no me acuerdo de su cara.
-Él no está en ese cielo, mi amor, no lo encontraríamos.
Los recuerdos descienden y se agolpan en ondas de lágrimas que resbalan por su cara. Se las ha de tragar. La diversión de contemplar juntos el firmamento por un rato se acaba cuando la tormenta cierra, de un golpe, la ventana.
AZUL
Triste y bello relato otoñal. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarLa imaginación de un niño hace revivir recuerdos tristes. Muy bonito AZUL
ResponderEliminarMás tristeza!! Muy bonito!!
ResponderEliminarTriste pero muy bonito Azul, Te deseo suerte.
ResponderEliminarLas pérdidas son siempre muy dolorosas y los niños no saben como encajarlas, siempre encuentran soluciones de lo más sencillas... Muy bonito.
ResponderEliminarse remueve el desamor, la perdida, igual que el otoño borra el verano....muy bonito
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