lunes, 21 de noviembre de 2011

Y MORIR COMO JACK ELAM

Nunca había visto salpicar la lluvia desde ese punto de vista. Lástima que iba a ser la última imagen que viera, pero era una buena imagen, ¡qué diablos!. Su mayor preocupación de siempre no fue que alguien le descerrajara seis tiros por la espalda, sino que muriera a solas, que nadie presenciara su muerte, salvo su asesino, claro. Mientras veía como las gotas de agua rebotaban de las marcas que dejaban en el charco recordó cómo, de pequeño, siempre le había gustado ser el malo de la película y, sobre todo, morir como Jack Elam, con esa elegancia y dramatismo igualado, quizás, por Bruce Dern, pero nunca por el histriónico Klaus Kinsky. Este era su momento y lo que más lamentaba, como había temido durante toda su vida, era que nadie iba a ser testigo de su espléndida imitación.

3 comentarios:

  1. Morir es todo un arte dentro del cine, y escribir así también es todo un arte.

    ResponderEliminar
  2. Muy chulo tu texto, pero algo me chirría, me lo miraré más tarde, creo que va desde "su mayor...que muriera, creo que lo sustituiría por sino morir a solas. Ya lo leeré con tiempo

    ResponderEliminar
  3. Estás tan prolífico esta semana que no me da tiempo a leerlos y comentarlos.¡Muy buenos todos!

    ResponderEliminar