Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo. César Vallejo
un día del cual tengo ya el recuerdo. César Vallejo
Nada más salir de la Gare d´Austerlitz enciendo un cigarrillo y abro el paraguas. En mi corazón, anegado por los charcos que eyacula una nube negra, no hay más equipaje que el deseo de olvidar. Entro en el primer taxi que veo. El taxista, un argelino salido directamente de una novela de Abert Camus, me mira y sonríe. Le enseño un papel donde aparece una dirección. El sonido del motor se confunde en mi cabeza con el recuerdo de los cánticos y las banderas, ondeando azules y exaltadas, presas de la borrachera de una victoria tan anunciada como temida. Una lluvia que no disimula su tristeza golpea por igual a edificios y personas. El vaho no hace bien su trabajo y no me impide ver la entrada al barrio latino. Las librerías me dan la bienvenida con su pícara sonrisa de prostitutas de la palabra. El taxi se detiene y me vomita al exterior. En la puerta de la pensión un hombre me espera. Fernando, un camarada que en las madrugadas de luna llena se convierte en el bardo que mejores octosílabos escupe sobre el papel, me abraza. Te lo dije, me susurra al oído.
Muy bueno, Marco, pero eso de irse a Paris fue otra historia, ahora nos toca quedarnos y a ver qué pasa.
ResponderEliminarEl relato es muy hermoso. Me gusta.
ResponderEliminarTe señalo algunas observaciones (subjetivas, y por tanto, la última palabra la tiene el autor):
- Buscaría substituto al verbo "eyacular": rezumar, lagrimear...
- La lluvia que no disimula.. en vez de "Una lluvia"
- El vaho ("no hace bien su trabajo y". Esta frase es innecesaria, prescindible, no aporta nada. La quitaría). "El vaho no me impide ver".... Así queda mejor.
¡Enhorabuena!
Perdón, escribí substituto, en vez de sustituto.
ResponderEliminarLas prisas,...
Muy bueno!!
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por vuestros comentarios. Geli, como bien dices son consideraciones subjetivas y como tal, por ser tuyas, te las agradezco mucho. Te explico los motivos por lo que he empleado aquellas cosas que, lógicamente, tú hubieras escrito de otra forma.
ResponderEliminar- El verbo “eyacular” era el que más me gustaba para contraponerlo a una “nube negra”. Te explico: a lo largo del texto hay algunos guiños hacia el mundo de las canciones de Joaquín Sabina. Muchas palabras, frases y expresiones hacen referencia directa o indirecta a canciones o poemas de este artista (al que, evidentemente, admiro mucho). Joaquín Sabina tiene una canción titulada “Nube negra” en la que habla de una depresión. Nuestro protagonista tiene una nube negra dentro del corazón. Me parecía muy divertido (y muy del mundo de Sabina) que esa nube en vez de llover, rezumar, lagrimear, derramar, dispensar, ... eyaculara su contenido dentro del corazón de nuestro protagonista, además de que Joaquín Sabina tiene otra canción titulada “Ya eyaculé”.
- Es “una lluvia” que no disimula porque no es “la lluvia” en general, sino una lluvia en particular. Es nuestro protagonista quien, con su estado de ánimo, cree que una lluvia en concreto (la que está viendo en ese preciso instante) es sumamente triste.
- En un texto que pretende (otra cosa es que lo consiga) tener un cierto aire poético nada es prescindible. No se trata sólo de arrojar información, sino de jugar con las palabras. Creo (y esto también es una opinión totalmente subjetiva) que la literatura es lo que se cuenta, pero también cómo se cuenta. Evidentemente la información que yo quería expresar era que “el vaho no me impide ver”, pero me pareció que esa información podía adquirir un matiz mucho más poético si conseguía que el vaho fuera un ser vivo que tiene la ocupación de hacer que no veamos lo que hay detrás de los cristales.
Siempre es un placer contrastar diferentes formas de ver el acto creativo de escribir. Lo bueno es que todos tengamos distintas formas de ver un mismo proceso que nos fascina y nos mantiene unidos. Un saludo a todos!!!
Apreciado Marco:
ResponderEliminarNo sólo me ha gustado tu texto, con sus clarísimos guiños a Sabina, sino que también me ha encantado la explicación que has dado a Geli,sin acritud, desde luego.
¡Bien escrito!
Marco, amigo, desde que leí Gare d'Austerlitz mi voz adquirió una tonalidad gutural, continué leyendo en ese tono, cada frase me acompañó con una canción conocida y al final del relato, llovía a cántaros y yo esperaba en la puerta de una pensión del barrio Latino de París la llegada de un viejo amigo. Gracias.
ResponderEliminarMuy bueno, Marco. Pero esperemos que no os tengáis que marchar a París,sniffff
ResponderEliminarPrecioso Marco. Yo tampoco quiero que nadie se marche a ningún sitio, esperemos a ver lo que nos depara este futurotan azul...
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