Siempre hemos ido a votar en familia, salvo cuando alguno de nosotros ha tenido mesa electoral.
El día de reflexión, la obligada pregunta: "¿A quién votaremos?". La respuesta de mi padre es rotunda: "A Fulano". La huella del bando en el que luchó el abuelo, sigue marcando tendencia partidista. A mi madre y a mi, que nos importa la política lo mismo que el precio del tabaco (no fumamos), no nos motiva votar siempre a los mismos. En secreto, decidimos quién se llevará nuestra confianza (en ocasiones no encontramos candidato). Una vez cumplida la tradición, nosotras nos hacemos un guiño cómplice.
Y como suele demostrarnos el tiempo, no importa el partido que gane el domingo correspondiente, al final, todos sucumben a ese que suelen llamar "Poderoso Caballero".
jajajjaja, yo también hago eso con mi mamá, jeje. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMi hijo pequeño y yo hacemos igual. Vamos "en comandita", juntos y con el mismo voto ambos, a los menos malos. Para mí es un placer ejercer ese derecho con él. Te has comido la h de ha tenido, un lapsus.
ResponderEliminarBien Dori, aunque te haría matizaciones pero son políticas y no literarias. Besos
ResponderEliminarTe admiro Dori, porque, según tu relato, sabes a quién votar. Yo no sé tan siquiera si voy a "ejercer mi derecho" o mi izquierdo. A lo mejor no ejerzo y me declaro en huelga. Ya veré, ya veré...
ResponderEliminarQue bueno Dori, eso pasa en las mejores familias jeje.
ResponderEliminarMuy bueno Dori... La genética del voto, se podría titular tu relato. Amparo, ejerce, ejerce...
ResponderEliminarNo sé hacia donde ejercer, no hay demasiado dónde elegir, a Don Mariano desde luego no...está chungo el tema.
ResponderEliminarLa cosa está muuuuy difícil.
ResponderEliminarGrande Dori. León ha dado grandes políticos.
ResponderEliminar