lunes, 20 de agosto de 2012

35. (concurso) DULCE VERANO


Solo quedaba un día para que terminase su verano. Sara había pasado sus quince años veraneando en la playa con su familia, pero aquel año había sido diferente, ella quiso que fuera diferente. “Aquí nadie me conoce”-. Pensó, “Puedo ser yo misma”-.

Había conocido un grupo de chicos. Durante todo el verano había ido con ellos a fiestas, a las calas a bañarse e incluso uno de ellos le había expresado sus sentimientos. Aquello estaba fuera de su vida normal, era un sueño hecho realidad que se rompería al día siguiente, cuando volviese a su colegio. “Tan solo un año más “-. Pensó apesadumbrada. “ Solo uno más y saldré del infierno para no volver, todo será como aquí, una vida nueva “.

Su madre se acercó y la estrechó entre sus brazos.

-        Creo que tus amigos te van a preparar esta noche una fiesta de despedida – Le dijo.

Lo había imaginado pero no quería estropearles la sorpresa.

-        Tendrás que estar guapa, podrías ponerte el vestido que te pusiste en la fiesta del colegio el año pasado.

Sara sonrió y se levantó de la hamaca. La playa estaba tranquila aquella mañana. Recordaba aquel vestido. Un precioso vestido blanco, con vuelo y ceñido a la cintura, con unos bonitos tirantes finos. Se lo puso en la fiesta de fin de curso del año anterior. Por suerte su madre no llegó a ver como quedó el vestido después de la fiesta. Aquella noche la había pasado llorando en casa de su tía. Sus compañeros de curso la habían esperado a la salida del colegio con spray de graffiti, después de un par de empujones acabó en el suelo con el vestido roto y hasta arriba de pintura. No se lo dijo a sus padres entonces y no pretendía hacerlo en aquel momento.

-        Mejor otro vestido mamá, tengo mucha ropa y es muy blanco para salir de noche, no quiero estropearlo.

-        Como quieras. Desde que estás aquí te noto distinta cariño, estás mucho más alegre que en la ciudad, quizás te venga bien que pasemos aquí los fines de semana, ¿Te gustaría?

Sara se giró y observó a su madre con un brillo en la mirada. Aquello haría que el año pasase volando y le daría valor para enfrentarse a sus compañeros, ahora sabía que ella no era el problema, había conseguido ser ella misma y allí en el calor de la playa la habían tratado como a una más. Ya no dejaría que le pegasen en clase, ni que le robaran la ropa en los vestuarios, o le insultasen…

Aquella noche se puso un vestido verde, verde esperanza, sus amigos la recibieron con pancartas, le habían hecho una foto tamaño póster en la que aparecían todos en la playa y por detrás todas sus dedicatorias. Carlos se le acercó tímido como siempre y la besó. 



Aquel beso a Sara le supo a verano.


Saori




2 comentarios:

  1. Un beso con sabor a verano y una vida que espera mejorar a travé de él. Un relato cargado de esperanza.

    Suerte Saori.

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  2. Son geniales los besos con sabor a verano, siempre se quedan en nuestros recuerdos.

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