Sentadas en la terracita de un bistrot de Paris, las cinco
compañeras despedían el curso escolar con una pequeña celebración con limonada.
Gabriela fue la primera en alzar los pies y, con la cara
vuelta al sol, cerró los ojos reclinándose en la silla a dormitar. No tardaron
en sumarse las otras cuatro.
Con el calor, la quietud y los pensamientos volando de una
imagen a otra, Gabriela fue visitando cada uno de los momentos vividos en los
últimos años. Las interminables horas de estudio, los sábados de risas y baile,
los nervios de los exámenes y las terribles peleas por los chicos.
Todo se acababa. Hoy podría ser el último día que estarían
juntas. Mañana sus destinos se separarían.
Una sensación agridulce invadió su ánimo. Hasta ahora no se había dado cuenta de lo
importante que era este momento. El punto final de un capítulo de sus vidas.
Abrió los ojos para observarlas. Con el ceño fruncido parecían
estar absortas en sus pensamientos. Si ellas sentían lo mismo, podían hacer un
pacto, un juramento de amistad o algo por el estilo.
-
¿En qué estáis pensado ahora?- preguntó
ilusionada.
-
En una limonada bien fresquita- respondieron las
cuatro al unísono.
Mucha candidez desprende este relato...
ResponderEliminarSí, me ha gustado. ¿Quién es MARME? Felicidades, Marme, bienvenida.
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios. Soy nueva por aquí. Estoy encantada de participar con mis relatos. Un saludo a todos.
ResponderEliminarUn relato muy fresco!!
ResponderEliminarMuy bonito tu relato de presentación, Mar. Estamos content@s de que estés navegando a nuestro lado. ¡Feliz crucero!
ResponderEliminarUn buen estreno, Marme. !Bienvenida!
ResponderEliminarBienvenida Marme. Un relato con un final impactante, sobre todo para ella, pobrecita... :)
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