El barrunto

¿Cuánta timidez apasionada se puede apilar en un beso?. El último beso quizá… El fuego es feroz e indomable… Es el ritual de la despedida; para ellos, cada día de trabajo empieza pariendo una despedida.

Manuel y Diego succionan el oxígeno de sus cuerpos a través del aliento. Necesitan  intercambiar el ánimo suficiente para enfrentarse a un nuevo reto… ¿Y si el incendio lo arrasa todo?

- Hoy barrunto que no voy a poder rescatarte de las garras de este animal. ¡Hoy tengo mucho miedo!

- Aquí estaré esperándote Diego, en este mismo lugar del que ahora partimos, y luego nos iremos a casa, cansados y satisfechos,  nos acurrucaremos en la cama y gozaremos del silencio.

- Hoy tengo el pálpito, la desazón metida en el cuerpo, auguro que vas a arriesgar más de lo debido en esta batalla Manuel.

- No Diego, te doy mi palabra, mantendré el más exquisito de los cuidados; mañana es nuestro día y todo está en orden: la ceremonia, los invitados, los trajes, los testigos, la ilusión, el deseo, la vida…

Diego jamás llegó al punto de encuentro ese día, la bestia lo devoró.